viernes, 27 de noviembre de 2009

Jugadores de Leyenda


Diego Armando Maradona



Considerado por muchos el jugador más grande que ha dado el fútbol, este argentino nacido en 1960 en Lanús, al sur del "Gran Buenos Aires, puede provocar de todo menos indiferencia.

Diego, como algunos otros genios del balompié, ya destacaba sobremanera de niño. Hasta los 14 años jugó con un equipo llamado "los cebollitas", aunque alternó en las divisiones inferiores de Argentinos Juniors mintiendo sobre su edad (no podían jugar menores de 14 años). Incluso hizo alguna que otra aparición en determinados medios de comunicación que ya hacían eco de su extraordinario talento.

También como otros grandes del fútbol, sus comienzos al máximo nivel fueron precoces. Aún con 15 años (cumplía 16 diez días después) debutó en Primera División Argentina con Argentinos Juniors. Meses después lo hacía con el combinado albiceleste, selección con la que alcanzaría años después su máxima gloria.

Su primera decepción vino pronto. Maradona esperaba ser convocado para el Mundial 78 que se celebraba en su país, pero Menotti no lo llevó. El fútbol le ofreció su particular revancha un año después, cuando Diego levantaría el Mundial sub´20 de Japón, primer título con la Selección.

Maradona llevaba tiempo maravillando a la hinchada argentina, pero este entorchado en Japón lo mostraría al mundo, que veía en él al sustituto natural de Cruyff.

El "Pelusa" hacía gala de una técnica poco común. Su zurda era imprevisible y mágica. Sus movimientos eléctricos y geniales. Su cambio de ritmo mortífero. Y a balón parado, imparable. A pesar de no ser un jugador con un físico impontente, Diego contaba con un poderoso tren inferior y con un centro de gravedad bajo. Era potente y rápido, díficil de parar como no fuera a base de faltas. Pero sobre todo genial. Para Maradona no existían los imposibles dentro del terreno de juego. Su inventiva y descaro no tenían límites.

A partir de su eclosión mundial en 1979 muchos clubes se fijaron ese talento rizado. Pero sobre todo uno, el F.C Barcelona.

El Barça, en la figura del entrañable Nicolau Casaus, seguía al argentino desde 1978, cuando aún actuaba en Argentino Juniors. Aún así, el club blaugrana no se interesaría formalmente por el futbolista hasta dos años después. El Barça llegó a ofrecer la, por entonces, mareante cifra de 5 millones de dólares a Argentinos Juniors. El fichaje se complicó ya que la AFA no quiso que se marchara de Argentina hasta el Mundial 82, cuando todo estaba ya pactado entre las partes (Argentinos, Barça y Maradona). El enfado del "Pelusa" fue tal que amenazó con renunciar a jugar con la Selección Argentina.

Diego jugó esos dos años con Boca Juniors (compartieron derechos con Argentinos) y ganó una Liga argentina.

Por fín, tras el Mundial de España 1982, Maradona se incorpora a las filas culés, previo pago de 1200 millones de pesetas, cantidad record para la época.

El paso de Maradona por el Barça fue más agrio que dulce. El Barça, a pesar de ser un club ya por entonces bastante laureado, llevaba 8 años sin ganar la Liga y veía como el infortunio se cebaba con el equipo en los años 80 (Liga perdida en las últimas jornadas por el secuestro de Quini, por ejemplo). Con la presencia del astro argentino se pensaba que se podía dar la vuelta a tal situación y comenzar una etapa llena de triunfos. La presencia además de jugadores tales como Shuster, Quini o Migueli, referentes mundiales en sus puestos, hacían preveer el advenimiento de una etapa gloriosa para el Barça.

45 goles, una Copa del Rey, una Copa de la Liga y el rastro de su magia fue lo mejor de Maradona en su etapa culé. En el lado oscuro, dos años lastrados por lesiones y dolencias. El primer año sufrió una hepatitis que lo dejó fuera del equipo durante 3 meses. En su segundo año, 4 meses k.o por la célebre entrada del jugador del At. Bilbao, Goikoetxea.

Por medio polémicas con la directiva barcelonista y rumores de una vida privada algo conflictiva y tortuosa, hasta el punto de filtrarse posibles firteos del crack argentino con las drogas.

El cierre de su etapa culé fue lamentable. Maradona, picado personal y deportivamente con el equipo bilbaíno, se vió envuelto en una tangana en la final de Copa del Rey 1984. El presidente del Barça, Núñez, decidió no apoyar al jugador y a final de temporada lo vendió al Nápoles por 1300 millones de pesetas. El jugador, en su entorno, dijo sentirse decepcionado con los dirigentes culés.

Su etapa napolitana fue la más brillante de su carrera. Ya en el Barça Maradona demostró su perfecta adaptación al fútbol europeo y que cuando tenía continuidad era realmente imparable. El Nápoles era un equipo que en Italia no había ganado nada, pero que representaba a una de las ciudades más típicas de Italia. Se llegó a decir que sus ciudadanos llegaron a poner dinero de su bolsillo para pagar el traspaso del "Pelusa", aunque un rumor quizás más realista habla de la utilización de "dinero sucio" en la adquisición del jugador argentino.

Diego fue recibido como un Diós en Nápoles. Para el Barça Maradona no fue el único genio que pasó por sus filas (aunque quizás el mayor, a pesar de su escaso rendimiento). Para el Nápoles Maradona era un imposible hecho realidad.

En sus 7 años en Nápoles Maradona levantó 2 Scudettos, 1 Copa de la Uefa, 1 Copa de Italia y 1 Supercopa de Italia, compitiendo con equipos de leyenda como el Milan de los holandeses, la Juventus de Platini o el Inter de Mathauss. No llegó a levantar ningún Balón de Oro a causa de su nacionalidad argentina, pero sin duda lo hubiera hecho si la reglamentación lo hubiese permitido.

Entre medias, la gloria absoluta. Maradona soñaba desde niño con levantar la Copa del Mundo. En México 86 su sueño se vió cumplido. Un Maradona en plena madurez futbolística se vió resarcido del mediocre papel realizado por la albiceleste cuatro años antes en España. Para el recuerdo sus dos goles a Inglaterra en cuartos, el primero polémico (la celebérrima "mano de Dios") y el segundo un monumento al fútbol, el mejor gol de la historia de los mundiales.

Con la albiceleste volvería a rozar la gloria cuatro años después en Italia. Un Maradona físicamente disminuido no brilló como en México. Italia 90 marcó el comienzo de su declive. Un año después dió positivo por dopaje. Esto precipitó su salida de Italia y su vuelta a España, más concretamente al Sevilla. Un Maradona más fondón, lejos de su mejor forma, dejó como siempre destellos de su clase en la temporada 92-93, aunque se encontraba muy lejos de aquel Maradona de mitad de los 80.

El punto y final (aunque siguió jugando en Boca hasta 1996) fue el Mundial de 1994. Un Maradona mucho más delgado, diríase que en buena forma, postulaba a Argentina como gran favorita para ganar el preciado trofeo. Un positivo por doping dió al traste con todas las ilusiones y con ello con el último destello del mejor Maradona.

El "Barrilete cósmico" ha dejado parte de las mejores pinceladas de fútbol que se hayan visto. Dejó su estela en Barcelona, con goles memorables como los marcado ante el Madrid o contra el Estrella Roja. Llevó a todo un país a la Gloria en 1986, gol antológico incluido. Y desparramó su inagotable talento en una Nápoles que lo idolatra.

Los amantes del fútbol, nos quedamos con eso, con los destellos de la mejor zurda del fútbol mundial.

2 comentarios:

  1. Muy interesante.
    Soy Bojan_Crack de Rojadirecta, visita mi blog
    http://elkioscodebojan.blogspot.com/

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  2. Muy bueno tu blog Bojan, tiene muchas curiosidades interesantes.

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