martes, 29 de diciembre de 2009

De azul y grana




































Los frutos de un corazón en azul y grana

El minuto 110 de la final del Mundial de Clubes nos dejó una instantanea que resume el mejor año del club azulgrana.

Messi demostró inteligencia al rematar con el pecho un balón que se le escapaba de la cabeza. Demostró pundonor y atrevimiento para terminar golpeándola con el escudo, ese escudo que con su gol situó en la cota más alta de su historia.

Se redondeó la temporada perfecta, se cerró el círculo con el corazón del jugador emblema emujando la bola que otorgaría al Barça el Mundial de Clubes.

Tuvo ser un canterano con acervo español y acento foraneo el que pusiera la guinda. Una muestra más de la marcada universalidad del club, más que a algunos les pese. Un club fundado por un suizo, institucionalizado por catalanes y cuya camiseta han defendido tanto españoles como extranjeros durante sus 110 años de historia.

Lo oficioso se conviertió en oficial. El Barça es el mejor equipo del mundo, ganara o no. Messi es el mejor futbolista del mundo, lo reconocieran o no seleccionadores y capitanes nacionales. Pero ahí está, el mundo rendido a sus pies.

Lo colectivo e individual ha dado como fruto una lluvia de trofeos y premios. En el Barça está darle continuidad y en Messi pensar que esto es solo el comienzo, que quedan muchos retos por delante y muchas marcas que batir.

La borrachera de gloria no debe de apartar al Barça del rumbo correcto. El Barça siempre debe querer más. Lo de 2009 es insuperable... repitámoslo, cuantas veces se pueda.



¡Felices Fiestas a todos!

lunes, 21 de diciembre de 2009

Crónicas blaugranas













Estudiantes de la Plata 1-2 F.C Barcelona

Y el Barça superó la última frontera, esa que, como dijo Guardiola, separa el ser el mejor equipo del mundo de entrar en la Eternidad.

No fue un camino de rosas el entrar en el Olimpo futbolístico junto a esos equipos míticos como el Santos de Pelé, el Ajax de Cruyf, el Inter de Luís Suárez, el Bayern de Beckenbauer o el Milan de Van Basten. Más bien se pareció al camino que tuvo que recorrer Perseo para liberar a Andrómeda, lleno de traicioneros lagos y peligrosas medusas. O como la Odisea de Ulises, con sirenas y cíclopes acechando en cada esquina.

Estudiantes, el rival en lid, llevó la final al terreno que más le interesaba. Hizo cruzar a los azulgranas por sus campos de minas en forma de desesperantes "faltitas", de pérdidas constantes de tiempo y de malintencionadas provocaciones.

Increíble que en la primera parte Messi se llevara una tarjeta amarilla y los de blanco se quedaran tan frescos. El Barça no solo luchaba contra un rival con el machete entre los dientes, sino también contra un árbitro que no solo no regaló nada (ni falta que hacía), sino que se postuló como el duodécimo "pincharrata" en algunos momentos.

Incluso tuvo el Barçá que luchar contra sí mismo. Lleva el Barça varios partidos sin encontrarse consigo mismo. Sigue el toque, sigue fiel a sí mismo, pero falta la frescura de otras tardes.

El Barça saltó sin chispa al campo, se diría incluso que con una cierta "pájara" encima. Fruto de ello fue la primera ocasión del conjunto argentino. Enzo Pérez no aprovechó un gran pase del inagotable Verón. Le faltó arrancada y velocidad. Si en vez de Enzo hubiera sido el Piojo López de sus buenos tiempos en el Valencia (por poner un ejemplo), el Barça hubiera ido 1-0 abajo a los 3 minutos.

Ese fue un aviso a navegantes; la travesía no iba a ser fácil. Como se preveía, los de la Plata iban a vender cara la derrota.

Con el Barça recompuesto, aunque a la misma velocidad (entre lenta y exasperante), llegó un golpe de inspiración. El balón le llegó a Ibra casi en linea con la defensa blanca y tiró de la parte de su repertorio que más le gusta, el taconazo. La sutileza dejó a Xavi solo para recorrer la autopista que se le abría por el flanco derecho del ataque. Su avance fue bueno, pero, como le ocurría a los mexicanos en la semis días antes, prefirió pasar en horizontal a tirar (la mejor opción, ya que Henry no llegaba solo al segundo palo).

No parece que a Xavi se le hiciera pequeña la portería, como le pasó al colega mexicano, sino más bien se puede atribuir a la mayor confianza del catalán en su pase que en su tiro. Una pena de ocasión perdida.

En otras tardes esto no hubiera sido preocupante, ante el habitual aluvión de oportunidades que suelen crear los de Pep. Pero no fue así. El técnico argentino supo como ahogar el juego de creación culé. Sus dos lines de cuatro y cinco hombres se montraban intranspirables. Los laterales de adelantaban fenomenalmente, cubrían perfectamente y anulaban el juego de bandas del Barça. Por el centro, más de lo mismo. Y mientras Xavi echando de menos una mano (que bien hubiera venido Iniesta, todo un desatascador en estas situaciones).

Estudiantes se encomendó a la disciplina, las tácticas subterraneas (dejarse caer, provocar faltas, perder tiempo) y a Veron. La "Brujita" es un futblista superlativo, cuyos años no impiden qu haya perdido ni un ápice de calidad ni de oficio. Por él pasaba toda la organización y el peligro blanco.

Sin embargo el gol llegó en una jugada por banda. Juán Díaz centra con la zurda por la zona del extremo y Boselli, de sensacional cabezazo, marca ante la inútil oposición de Puyol Abidal y Valdés.

Por enesima vez en los últimos partidos el Barça tuvo que nadar contracorriente. Pero esta vez estaba en juego el título de los títulos y el rival no pecaría de inocente en ningún momento, no cedería ni un milímetro y no perdería la concentración.

El Barça completó una primera parte para olvidar. Los fantasmas volvían a rondar por las mentes culés. La remontada del Sao Paulo de Raí en el 92, la inesperada derrota contra el Inter de Porto Alegre en 2006... otra vez tocaba sufrir.

¡Y vaya si se sufrió! Quedaban 45 minutos para enmendar errores. Pero se hacían a las vez escasos, a la vez interminables. Escasos parecían para derribar una muralla blanca que pareció infranqueable en los primeros 45 minutos. E interminables por el sufrimiento que se adivinaba en el horizonte.

Afortunadamente la actitud del once blaugrana fue otra. Se nota que hubo "guardiolina" en el vestuario. Pep, por su parte, reaccionó rápido y tiró de artillería. Cuando se intuía un cambio por un desatinado Henry, Pep se la jugó y quitó a Keyta para dar entrada al chico milagroso, "Pedrito". Guardiola leyó perfectamente el partido, y arriesgó (o fue coherente, según se mire). Quitó un escudo (filoso, eso sí, keyta dominas la faceta defensiva y ofensiva) para meter otra lanza.

El cariz del encuentro pronto cambió. La defensa "pincharrata", más cansada, tuvo que redoblar esfuerzos para parar a los Ibra, Pedro, Henry y Messi. Podría temerse una ruptura por el centro del campo, pero los Piqué y compañía hacían de defensas y medios a la vez.

Las ocasiones llegaron en pies de Ibra, principalmente, pero los minutos pasaban y la bola no entraba. Pep sustituyó a un cansado Busquets para meter a Touré. Era necesario no perder el equilibro en medio campo, ante la inferioridad númerica en las contras.

La última carta la jugó Guardiola en el 83, cuando dió entrada a Jeffren por Henry. El efecto fue inmediato. El joven canterano se fue como y cuando quiso de una defensa argentina cansada y desbordada y solo la falta de acierto le negó el pase o el gol.

Gol que llegó (¡por fin!) en rozando el minuto 89. Cuando el título se escapaba para tierras australes, cuando ya los barcelonistas volvíamos a ver nacer otro nuevo fantasma... llegó volando el canario salvador, la última perla de la Masía.

Piqué, ya de delantero bolla en plan Alexando, prolonga un balón aereo con la cabeza dentro de los dominios del arquero argentino. El balón le llega a Pedro que suavecita y colocada la pone por encima de Albil. Como si estuviera en un partido más de los que jugaba hace dos días en segunda B, Pedro congeló el tiempo y los corazones blaugranas para luego explotar en una sensación indescriptible de alivio y felicidad. Se cantó como el triunfo. Al menos yo lo hice.

Lo más difícil estaba hecho. Se derribó la barrera física y sobre todo, la psicológica. Y esta batalla, la psicológica, es la que daba un claro vuelco. Los argentinos se quedaron sin botín. Se atrincheraron haciendo valer su gol de oro y de golpe y porrazo se le esfumó como al sediento que vaga por el desierto y se dá cuenta que el pozo que vió, al que se aproximó y casi toca, era puro espejismo.

Y todo esto, con muchos kilómetros sobre las piernas. El Barça estaba cansado, sí, pero el gol le dió alas, lo reafirmó en su objetivo y con ello volvió también el orden táctico. El desmelenamiento circunstancial dió paso a la reorganización de filas.

Apurados los 90 minutos y el descuento, la prórroga aparecía como maná tras haber sufrido lo indecible.

Estudiantes se parapetó más si cabe, esperando el milagro en la persona de Verón, en el acierto de Boselli o en alguna jugada a balón parado. Y sinó, a los penalties, mal menor que ampliaría sus posibilidades de tocar ese título que casi rozaron.

El Barça, a lo suyo. Dominio, control y riesgo. Pedro y Jefren aparecían como puñales e Ibra (muy activo) y Messi (desaparecido hasta entonces) eran las armas letales encubiertas.

La prorroga pasaba entre las internadas de Jeffren y los acercamientos de Messi o Ibra.

En el minuto 110 de la prorroga llegó el éxtasis. El incansable Dani Alves cuelga un balón punzante y Messi, entrando como una exalación al corazón del area, remata en plancha con el pecho. El escudo con el que remató, cumplía 110 años, como el minuto en que lo marcó. Y con él marcaron Kocsis, Carrasco, Kubala, Migueli... todos aquellos a los que el destino le negó la mayor gloria futbolística.

Ese gol proclamaba al Barça Campeón del Mundo de Clubes. Ni Intercontinental, ni Copa Toyota... el primer club español en ganar el Mundial de Clubes, aunque algunos digan que se parece a un bolo veraniego. Un bolo, que a ellos le encantaría ganar, claro.

Ahora los jugadores, por fín, podrán desconectar. Han sido muchos meses de presión, tensión y finales. Ahora toca disfrutar lo que resta de año para volver con las pilas nuevas a reverdecer laureles.

¡Felicidades, Barça!

Partido correspondiente a la final de la Copa del Mundo de Clubes 2009.

Goles

1-0 Boselli 36´
1-1 Pedro 89´
1-2 Messi 110´

jueves, 17 de diciembre de 2009

Jugadores de leyenda



ESTANISLAO BASORA

El "monstruo de Colombes", como le apodó la prensa francesa, fue toda una institución en el Barça de los años 50. El extremo catalán nacido en Colonia del Valls en 1926 hizo suya la banda derecha durante trece años (con solo un año de lapsus, el que jugó cedido en el Lleida).

Durante sus mejores años, formó parte de uno de los Barça míticos, el "Barça de las cinco copas" formando en ataque junto a Kubala, César, Moreno y Manchón.

El apodo que reseñé al principio le fue puesto por sus tremendas condiciones futbolísiticas. Estanislao era un extremo muy rápido, con un gran regate y un gran olfato de gol. Alternaba medidos centros con chuts secos y precisos.

Su aportación con la Selección Española fue importante, disputando 22 partidos (buen número para la época) y marcando 13 goles. Marcó en su debut (1950 contra Irlanda) y en su despedida (1957 contra Escocia), consiguiendo su mejor actuación en el Mundial de Brasil de 1950, marcando 5 goles en 6 partidos y terminando España cuarta clasificada (mejor puesto hasta hoy). Fue tal la impresión que causó que se le consideró el mejor extremo derecho del mundo. Y además terminó segundo máximo goleador del campeonato, solo por detrás del mítico jugador brasileño Ademir (9 goles).

Sus cifras individuales y colectivas son remarcables. Marcó 153 goles en 373 partidos, números muy respetables para un extremo. A nivel colectivo ganó títulos nacionales e internacionales, desde Ligas hasta la Copa de Ferias.

Basora decidió retirarse cuando aun estaba en forma y no esperar a que su juego entrara en decadencia. Prueba de ello es que, en su partido de despedida en el Camp Nou (1958) dió todo un recital bajo la lluvia en un partido de semifinales de Copa del Generalísimo, marcando dos goles y jugando de maravilla. Se retiró ante la atronadora ovación de un público rendido a su talento y a su enorme rendimiento durante tantas temporadas.

Tal fue su huella que en el 75 aniversario de la fundación del club, fue elegido en el 11 ideal histórico.

Estanislao Basora, uno de los mitos del gran Barcelona de los 50.

Basora, en datos

- 2 Copas Latinas (1949 y 1952)
- 1 Copa de Ferias(1958).
- 4 Ligas españolas(1948, 1949, 1952 y 1953).
- 4 Copas del Generalísimo(1951, 1952, 1953 y 1957).
- 3 Copas Eva Duarte (precursora de la Supercopa de España).

Crónicas blaugranas

Atlante F.C 1-3 F.C Barcelona

Resultaba curioso ver a Messi recuperando su tobillo en las calurosas playas de Abu Dhabi mientras aquí en España pasamos un frío polar.

Pero tal y como salió el Barça al campo daba la impresión que los futbolistas padecían aun las gélidas temperaturas ibéricas imperantes en estos días en vez de las brisas cálidas de Arabia.

No pudo el equipo mexicano soñar un comienzo más idoneo que el que tuvo. A los 5 minutos ya se había adelantado en el marcador gracias a un despiste en bloque de la defensa azulgrana. Un saque largo del portero Vilar pasa por encima de la defensa barcelonista, Valdés incluido tras el bote, y Rojas, muy atento, mete la pierna casi sobre la linea de fondo para alojar el balón en el arco de Víctor.

El Barcelona, como en Kiev, se complicó él solito el partido y se vió obligado a nadar contra corriente. Sorprendió desde luego la alineación de Márquez, ya que el mexicano no tiene demasiado rodaje esta temporada. Y se vió en el gol.

Los jugadores culés se hicieron con el control del juego, pero no alcanzaron la fluidez deseada en los primeros 25 minutos, aunque Busquets asustara a la defensa azteca con un remate de cabeza al poco de recibir el gol.

La defensa azulgrana, muy adelantada, padeció mucho en las escasas contras que logró conectar el Atlante, una de las cuales pudo suponer el segundo gol si no llega a ser por la candidez de Navarro. Al mexicano se le hizo muy grande Valdés y muy pequeña la portería a medida que iba avanzando metros. Quizás le parecía demasiado increíble tener en sus botas poner al todopoderoso Barcelona dos goles atrás en toda una semifinal de la Copa del Mundo de Clubes. El caso es que cuando estaba por encarar a Valdés, en vez de tirar, buscó incomprensiblemente el pase del centro del area donde ningún compañero suyo llegaba solo.

El Barça no conseguía carburar y encima se sufría en defensa ante las contras de los pequeños pero hábiles delanteros mexicanos.

Ante la opacidad del juego blaugrana, era preciso encontrar otras vías para llegar al gol. Un camino factible era el juego aereo. La diferencia de altura media era muy importante. El Barça, con jugadores muy altos como Piqué, Busquets, Touré o Ibrahímovic, representaba un auténtico peligro en faltas, corners y centros.

Y así es como llegó el empate a diez minutos del descanso. Córner sacado por Xavi, Touré se eleva por encima de la defensa celeste y su remate vá a parar a los pies de Busquets, que, de primera, empuja raso el balón al centro de la portería defendida por Vilar. Pudo haber llegado poco después el segundo, pero Alvés, en una de sus filosas internadas, remató desviado de semivaselina cuando estaba ya algo escorado.

Sin más sustos por ambos bandos se llegó al final de una primera parte bastante gris de conjunto culé. Espesura en ataque, con un Iniesta poco acertado y unos Pedro e Ibra bastante desasistidos dentro de la maraña de piernas mexicanas. Lo más destacado fue el trabajo y acierto del centro del campo, que no solo mantuvieron al Barça con el partido relativamente controlado, sino que fueron los fabricantes del empate (Xavi centra, Touré pone y Busquets remata).

Guardiola reaccionó pronto y no dejó pasar más de diez minutos de la segunda parte para recomponer en equipo. Su apuesta: seguridad (Piqué por Márquez) y desequilibrio (Messi por Touré para que Iniesta pasara a la media).

El resultado fue inmediato. Un minuto después del cambio, Ibra vió la diagonal que le marcaba Messi en la frontal del area, vislumbró la zona despejada y puso la asistencia para que la "Pulga" se deshiciera en dos magistrales toques del portero y con él de toda la defensa celeste. 2-1 y la final encarrilada.

Con Messi en el campo (ovación atronadora del estadio cuando salió a calentar) los jugadores norteamericanos se metieron más atrás si cabe. Con la mejora en el juego de Iniesta la defensa contraria definitivamente se quebraba. La asociación de media en adelante de los Iniesta, Ibra, Messi y Xavi (con pedro descongándose) empezó a marear a unos agotados mexicanos.

En medio del rondo llegó una jugada personal del jugador manchego por el flanco izquierdo. Andrés de internó en el are, vió el desmarque de Pedro a un metro escaso, y le sirvió el 3-1 cortita y en profundidad. El canario se giró con rapide y frialdad y se la colocó a media altura al portero del Atlante.

El partido se rompía por momentos fruto del cansancio de ambos equipos (el Barça estaba lento, quizá afectado por la adaptación) y llegaron las ocasiones del ecuador de la segunda parte hasta el final. Los mexicanos llegaron a tener una clarísima ocasión. Pereyra (que sustituyó a Velázquez) se planto solo ante Valdés tras dejar atrás a Abidal por velocidad, cogiéndole la espalda (algo difícil de creer en el rapidísimo defensa francés) y falló el mano a mano (o se lo paró Víctor, un especialista en estas lides).

El Barça contó con las suyas, incluida una de Messi que de haber marcado hubiera puesto el estadio en pié.

El conjunto culé terminó plácidamente un partido que tuvo cuesta arriba en la primera parte. Tendrá que mejorar bastante para el sábado, ajustar mejor la defensa y jugar con más velocidad. El Estudiantes es un equipo más peligroso y curtido, y los jugadores argentinos son más duros de roer y poseen más oficio (rayando el juego sucio).

Tiempo tendrá el Barça de terminar de aclimatarse de aquí al sábado y quitarse los últimos copos de nieve que se llevaron de España para no empezar la final tan helados como comenzaron la semifinal.

Partido correspondiente a la semifinal del Mundial de Clubes 2009.

Goles

1-0 Rojas 5´
1-1 Busquets 35´
1-2 Messi 55´
1-3 Pedro 67´

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Mundo culé














EL FICHAJE DE MARADONA

El 1 de julio de 1982 Maradona se convertía oficialmente en jugador del F.C Barcelona. Era el punto y final a un fichaje que el club catalán había comenzado a fraguar cuatro años antes, cuando el "pibe" no contaba más que 18 años.

En 1978 Nicolau Casaus se maravilló con el juego de un muchacho que actuaba en Argentinos Juniors y que ya había debutado en la selección, aunque no había sido seleccionado finalmente por Menotti para el mundial celebrado en el país sudamericano. Núñez y el entonces entrenador blaugrana, Lucien Müller, tras oír una recomendación del vicepresidente, le vieron en un partido amistoso y, aunque no dudaron de su categoría, desestimaron iniciar negociaciones para contratarlo.

Dos años después, y con Diego convertido ya en "estrella" mundial, el Barça decidió comenzar su ofensiva. En abril de 1980 el intermediario Josep María Minguella se trasladó a Buenos Aires con una oferta sensancional; cinco millones de dólares por el "Pelusa". La primera respuesta del presidente de Argentinos Juniors, Próspero Consoli, fue rotunda: "Diego es intransferible". Pero Minguella, a instancias del club, decidió seguir presionando, y tras no pocas conversaciones llegó a un acuerdo con los dirigentes bonaerenses, tras lo cual el vicepresidente, Joan Gaspart, y el directivo y abogado Joan Ignasi Brugueras se trasladaron a la capital argentina.

Precontraro y "no" de la AFA

El primero de mayo se reunieron los emisarios blaugranas con Diego, su padre y su mánager, Jorge Cyterszpiller. Se acordó un contrato de cinco años con opción a uno más. A razón de un millón de dólares anual de ficha, con coche, casa y billetes Barcelona-Buenos Aires para él y su familia. El Barcelona, por su parte, tendría una participación del 25% en la Maradona Productions y se llevaría el 40% de sus contratos publicitarios. Al día siguiente, en el hotel Plaza, los dirigentes del Barça y Argentinos Juniors suscribieron un precontrato. El club catalán deberá pagar seir millones de dólares por el jugador. Dos multinacionales, Coca Cola y Puma, apoyaban el pago del Barcelona por la expansión de sus productos por parte de Diego.

Todo estaba, pues, arreglado. Pero surgió lo imprevisto. Pese a que el seleccionaro albiceleste, César Luís Menotti, no se oponía al traspaso, la Asociación de Fútbol Argentino decidió prohibir la operación al considerar que "Maradona no puede marchar del país. Es intransferible hasta el Mundial de 1982".

El presidente de Argentinos anunció que apelaría a los tribunales ordinarios, aunque luego predirió abrir la vía del diálogo con Grondona, el presidente de la AFA. Pero, pese a que Diego llegó a declarar que "si no me dejan ir al Barça renuncio a la selección", nada cambió. En las semanas siguientes hubo diversos encuentros entre Núñez, Gaspart y Julio Grondona. Parecía que podía encontrarse un camino, pero finalmente todo quedó muy claro. No había posibilidad de que Diego fichara por el Barça hasta después del España´82.

En mayo de 1981 Minguella volvió a la carga sin éxito, y fue en abril de 1982 cuando pudieron reabrirse las conversaciones, cara ya a su incorporación tras el Mundial. Diego jugaba entonces en Boca Juniors, con el que había ganado una Liga, aunque parte de su "propiedad" seguía siendo de Argentinos Juniors. La operación se veía complicada por el hecho de que ambas entidades estaban enfrentadas por disputas económicas por la "operación Maradona".

Pero, no sin dificultades, todo pudo arreglarse. Y Maradona firmó por el Barça. El montante final del fichaje se elevó a 1200 millones de pesetas, lo que significó batir todos los records en matería de contratación futbolística. Pero valía la pena. Además, el fichaje se podía amortizar sin demasiados problemas gracias a la venta de la imagen del "crack", que quedó perfectamente estipulada en el contrato. No debía haber problemas, por tanto, para satisfacer los plazos de pago estipulados. Maradona tenía que resultar un gran negocio para el Barça.

Diversas circunstancias y la propía idiosincracia del jugador lo impidieron, aunque, cuando menos, pudo ser traspasado dos años después, en condiciones de lo más ventajosas, al Nápoles.

Textos sacados de la colección "Equipos con Historia: F.C Barcelona", Universo Editorial S.A (Madrid, 1989). Más concretamente de la página 390 del tomo.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Crónicas blaugranas

F.C Barcelona 1-0 C.D Espanyol

Dijo Guardiola antes del partido que sus chicos estaban algo cansados. Cuando pensamos a veces en los futbolistas lo hacemos como si de máquinas se trataran. O como si no tuvieran "modo cansancio", buscando un simil en los videojuegos.

El partido contra el Espanyol aparecía en el calendario como un trámite antes de viajar a Abú Dabi. El estado de forma, los resultados y el juego de uno y otro equipo se presentaban diametralmente opuestos. Por tanto parecía que el resultado a favor del equipo local debía ser de victoria clara.

Pero como dije, esto del fútbol no es matemáticas. Los jugadores sufren bajones físicos y/o psíquicos. El equipo es imposible que ofrezca todos los partidos recitales de buen fútbol. No porque no se sepan la partitura, sino porque hasta los genios necesitan descansos y pasan por etapas de menor inspiración.

Solo desde esta perspectiva se puede entender el pobre rendimiento general del Barça en el día de hoy.

Y el Espanyol no quiso ser un convidado de piedra. De demostrar eso se encargó desde el principio. Un arreón tras el pitido inicial no fue aprovechado por Corominas que tiró desviado, evitando el primer contratiempo, como ocurrió días antes en Kiev.

Esta vez las condiciones externas no eran las mismas que en Ucrania, y eso se notó en que el Barça no solo practicó su habitual futbol control, sino que pudo darle más profundidad y concisión.

La presión daba sus frutos, y Piqué tuvo su ocasión de cabeza. Otra más clara tuvo Pedro que interceptó un balón en la frontal del area pero que luego no supo empalar bien el balón (o cedérselo a un desmarcado Henry).

Esta vez Henry y Pedro no ofrecieron actuaciones tan opuestas como en otras ocasiones. Ni el francés jugó tan mal ni el canterano estuvo demasiado fino.

Verdú respondió a la ocasión de Pedro con un chutazo a la escuadra que repelió agilmente Valdés. El Espanyol no renunciaba al ataque, aunque su actitud fue expectante y dura en defensa (excesivamente dura a veces).

A cinco minutos del descanso llegó la polémica. En mitad del acoso blaugrana, y con varios jugadores dentro del area perica, Baena agarra por la camiseta a Xavi que cae al suelo. El agarrón es claro. Lo más dudoso es saber si fue suficiente para derribar a Xavi, y por ende, para pitar penalty.

Ibra chutó fuerte y a la escuadra; inatajable para Kameni. 1-0 y todavía mucho por remar. Henry (a magnífico pase de Ibra) y Pedro tuvieron en la primera parte la oportunidad de liquidar el derby. Pero todo quedó abierto para la segunda parte.

Nada hacía esperar que el Barça barriera con su juego al Espanyol en la segunda parte; pero tampoco que firmara los peores minutos de la temporada. Los Touré, Xavi e Iniesta perdieron a ratos el control del juego, oportunidad que no dejó escapar el equipo perico para asustar a la grada.

Pep intentó dar mayor control y fuerza al equipo a la hora de partido metiendo a Keyta en el campo por un desafortunado Pedro y así adelantar a Iniesta buscando alguna genialidad del manchego.

Pero ni por esas pudo el equipo dominar completamente la situación. Iván Alonso estuvo muy activo en la vanguardia blanquiazul. Tan activo como poco atinado, para tranquilidad del soci culé.

Por momentos parecía que el muro culé podía caer, que la consistencia de los Puyol o Piqué se desmoronaba. No hay que quitarle un ápice de mérito al equipo perico. Los blanquiazules, se percataron de la debilidad balugrana e intentaron "hacer sangre".

Las cabezas de los jugadores barcelonistas parecían estar camino de Abú Dabi desde el descanso del partido. El equipo estuvo irreconocible, fallón y vulnerable. El Barça ganó 1-0 y gracias. La infalible maquinaria azul y grana se gripaba irremisiblemente.

El pitido final evitó perder algo más que la imagen. Los puntos se quedaron en Barcelona en un partido mucho más complicado de lo previsto y que se resolvió gracias a un discutible penalty.

Tiempo tendrá Guardiola para evitar que la "pájara" se extienda al Mundial de Clubes. Esta vez está un título en juego. El único que le falta al Club.

Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de la Liga española.

Goles

1-0 Ibrahímovic 39´

domingo, 13 de diciembre de 2009

Mundo Culé



Aprovechando el reciente Balón de Oro de Messi presento esta compilación de los 9 balones de oro ganados por jugadores del Barcelona. 8 futbolistas han sido los que han levantado tal galardón, siendo Cruyff el único en repetir galardón con el Barça. Comenzaremos con el ganado por el gallego de oro, Luís Suárez:

Luís Suárez 1960

El Balón de Oro al finísimo zurdo gallego fue el broche y el punto de inflexión de un Barcelona que marcó una época pero que al poco se quedaría a las puertas de la gloria al perder la final de la Copa de Europa en Berna.

Luís llegó muy joven al Barcelona y a finales de los 50 fue protagonista en el Barça de Helenio Herrera que ganaría 2 Ligas, 2 Copas de Ferias y la Copa del Rey. A pesar de tan magnífico desempeño, el Barça lo vendería en 1961 al caer en crisis por la final perdida en Suiza.

A pesar de ser vendido al Inter por una gran suma de dinero, la operación se tornaría desastrosa ya que el Barça pasaría años de penuría deportiva, mientras Luisito arrasaría en el Inter del mago Helenio Herrera durante los años 60.

No volvió a repetir Balón de Oro en el Inter, pero ganaría el de Plata un año después al mantener su excelente nivel de juego. En pleno auge del equipo milanés ganó otro Balón de Plata (1964, año en donde también conquista la Eurocopa con España) y uno de Bronce (tras la segunda Copa de Europa del Inter).

Johan Cruyff 1973

El "holandés volador" aterrizó en Barcelona con un Balón de Oro bajo el brazo. La eclosión de Johan fue paralela a la del Ajax. El equipo neerlandés fue campeón de Europa 1971, gracias en gran medida al talento de Cruyff. La segunda mitad del año auguraba el inicio de una época dorada (en 1972 consiguieron el "Triplete"). Como es habitual en las votaciones para el Balón de Oro, los torneos de selecciones nacionales pesan más que el de clubes. Hecho fundamental para que el tulipán de oro no alzase su segundo galardón consecutivo, el cual fue a parar a manos del "Kaiser" Beckenbauer que había liderado a Alemania en la Eurocopa 1972.

Cuando Cruyff llegó a Barcelona en 1973 acababa de ganar su tercera copa seguida con el Ajax, hecho que le concedía una importante ventaja para conseguir el ansiado galardón. Si a esto le unimos otra espectacular segunda parte del año, el Balón ya tenía dueño. Cruyff llevó en pocos meses al liderato de la Liga española a un Barça que estaba hundido en las primeras jornadas.

Johan Cruyff 1974

Y a ritmo de vértigo siguió la primera mitad de 1974. El Barça de Cruyff arrasó y ganó la Liga 1973/74 con varias jornadas de antelación. Catorce años después el Barça ganaba la Liga.

Como lideró al Barça, lideró a Holanda en el Mundial Alemania 74. Solo la Alemania de Beckenbauer y Muller apartó a los tulipanes del título. Sin embargo Cruyff fue la sensación del Mundial y fue elegido mejor jugador del torneo.

A pesar de que el Barça no empezó bien la temporada 74/75, a Johan le bastó la Liga obtenida meses antes y su gran papel en el Mundial para levantar su tercer Balón de Oro, segundo con el Barça. Solo su enorme calidad le permitió levantar otro Balón al año siguiente con el Barça, pero esta vez fue de Bronce.

Hristo Stoichkov 1994

En 1990 Stoichkov era un jugador semidesconocido internacionalmente. Los únicos ecos de su nombre provenían de haber conquistado la Bota de Oro ese mismo año con el CSKA de Sofia, al marcar 38 goles.

Los aficionados del Barça habían tenido la ocasión de verlo jugar en el Camp Nou, en una eliminatoria de Recopa que el Barça dirimió contra el CSKA donde el jugador búlgaro brilló a pesar de que su equipo fue eliminado.

400 millones de pesetas consiguieron vertir al temperamental futbolista de azul y grana. Y pronto rentabilizó tal inversión. Hristo se ganó pronto a la afición culé a base de garra y goles. Su carácter indómito era el azote de las defensas contrarias, que lo veían correr una y otra vez por la banda izquierda, cuando no aparecía por sorpresa por cualquier franja del ataque.

En 1992 pudo obtener su primer reconocimiento, al acumular 2 Ligas y 1 Copa de Europa a sus espaldas. Pero vió como Roberto Baggio, de enorme calidad, pero que quizás había acumulado menos méritos (ese año ganó solo la UEFA con la Juventus), le arrebataba el Balón de Oro, teniéndose que conformar con el de Plata.

La revancha la obtuvo en 1994. Con 2 Ligas más en su currículum y con un rendimiento extraordinario en la 93/94 (a pesar de la infausta final de Atenas), el búlgaro se impuso al que dos años antes le había "birlado" el galardón, Roberto Baggio.

Ronaldo 1997

La estratosférica cantidad que pagó el Barça por Ronaldo (2.550 millones de pesetas) se vió correspondido por una estratosférica actuación del joven brasileño durante toda la temporada 96/97.

En 1996 al jugador brasileño le ocurrió algo parecido a Cruyff en 1972. Una Eurocopa se cruzó en su camino hacía el Balón de Oro. Sammer, líder de la Alemanía campeona en 1996 se hizo con el Oro. Aunque bien es verdad que la candidatura de Ronaldo se sostenía más en su terrible impacto en el panorama futbolístico que en sus títulos (a diferencia de Cruyff en 1972).

Fue tan arrolladora la aparición en escena de Ronaldo que poco importó que la primera parte del año se la pasar lesionado siendo jugador del PSV Eindhoven, o que solo hubiera alzado la Supercopa de España con el Barça. El brasileño se hizo con el FWP y estuvo a punto de alzarse con el Balón de Oro (finalmente fue Plata).

Pero no tardaría mucho Ronie en hacerse con el preciado galardón. Su espectacular fin de temporada con el Barça (conquistó Recopa de Europa y Copa del Rey) y su excelente inicio de temporada 97/98 con el Inter de Milan lo hicieron acreedor del Balón de Oro (acompañado de la Bota de Oro por sus 34 goles en la Liga española).

Rivaldo 1999

La marcha de Ronaldo obligó al Barcelona a buscar un recambio de garantías en 1997. Rivaldo llegó a Coruña en 1996 procedente de Brasil y asombró con su juego.

Sus 21 goles y su excepcional calidad no pasaron desapercibidos para nadie, a pesar de el brillo cegador del mejor Ronaldo. El Barça estuvo a punto de errar el tiro ya que el objetivo inicial fue Denilson. Menos mal que Lopera y su chequera se adelantaron...

Serra Ferrer aconsejó a Núñez el fichaje del brasileño. Los 4000 millones de pesetas recibidos por Ronaldo era la cantidad justa de la clausula de rescinsión del brasileño del Depor. Cantidad que abonó el Barça.

El rendimiento de Rivaldo fue sensacional. No poseía la terrorífica pegada de Ronaldo, pero su repertorio era mayor. Inolvidables son sus gambetas, sus arrancadas, su impresionante zancada, sus precisos tiros libres y sus zurdazos inapelables.

Su primer año fue el más frutífero; cayeron Liga, Copa y Supercopa de Europa. Pero a nivel individual no le sería reconocido en 1998.

En su segundo año vino su consagración. Repitió título de Liga, siendo el máximo asistente (junto a Figo) y quedándose a un solo gol de ser máximo goleador (24 goles). Su campaña fue redondeada con la Copa América ganada con Brasil, siendo el máximo goleador y la figura del torneo.

Así fue como Rivaldo se coronó en 1999 Balón de Oro (y Fifa World Player).

Figo 2000

Con total seguridad, el Balón de Oro de más infausto recuerdo para la afición culé.

Figo era un símbolo del barcelonismo desde que fue fichado en la temporada 95/96 del Sporting de Lisboa. El portugués se metió a la afición en el bolsillo con sus filosas internadas por la banda derecha, con su arrancada y potencia, con sus amagues, centros y goles. Y por qué no decirlo, con su pundonor y carácter ganador.

Fue jugador clave en el Barça de Robson y de Van Gaal y en sus cinco años como barcelonista su redimiento fue enorme.

El triste episodio del verano del 2000, donde el jugador luso terminó recalando en el Real Madrid, no puede empañar su gran trayectoria en el Barça. Figo cuajó un gran final de temporada 99/00, a pesar de no ganar ningún título. Pero lo que decantó probablemente su elección como Balón de Oro, además de su trayectoria y de su gran inicio de año en el Madrid fue su excepcional actuación en la Eurocopa 2000, donde llegó con Portugal hasta semifinales, marcando el mejor gol del campeonato (en la fase de grupos, frente a Inglaterra, el 3-2).

Ronaldinho 2005

De revolucionaria se puede calificar la aparición del gaucho en la escena azulgrana. Ronaldinho apostó por la aventura azulgrana atendiendo a la gloria que otros compatriotas suyos habían alcanzado anteriormente (Romario, Ronaldo y Rivaldo). Desdeñó los millones y el buen presente deportivo del Manchester United por llegar al Camp Nou.

Y no se equivocó en absoluto. Gloria para él y para el equipo le esperaban.

El Barça terminó sexto la Liga anterior, la peor clasificación desde 1988. La temporada empezó mal, aunque el brasileño ya dejaba detallazos de calidad (golazo contra el Sevilla de por medio).

Ronie fue un soplo de aire fresco. Sus botas desprendían magia. Regates inverosímiles, elásticas rompedoras, taconazos de artista, sombrerazos, "espaldinhas"... la chistera del gaucho parecía no tener fondo. Y eso aderezado con un enorme potencia en los tiros libres. Potencia, gol, visión de juego... el brasileño era un jugador de fantasía.

La recolecta empezó pronto, porque a pesar de no ganar títulos colectivos, Ronie fue FWP 2004 y ganó el Balón de Bronce 2004.

La Liga esperaba para la temporada siguiente. Un Barça reforzado con jugadores como Eto´o, Deco o Giuly ganaría la Liga brillantemente después de 6 años de sequía. Y Ronaldinho ponía la magia. Y con la Liga, el Balón de Oro y otra vez el FWP en 2005.

Aunque el brasileño volvió a ser protagonista en la histórica 05/06, no levantó ninguno de estos premios, premios que se llevó Cannavaro como símbolo de la Italia campeona del mundo 2006.

Messi 2009

Este Balón de Oro tiene una connotación muy especial: es el primer y único Balón de Oro ganado por un canterano del Barça.

De todos es conocida la trayectoria de Messi, de como llegó a Barcelona procedente de su Rosario natal con solo 13 años de edad.

Pocos galardones han sido tan merecidos como este. Lionel ha sido el símbolo de un Barça arrollador en juego y títulos. El "Triplete" ha sido ganado en gran parte gracias a los 38 goles del rosarino (máximo goleador del equipo), a sus asistencias, regates, arrancadas, fintas, amagues... en fin, a todo ese repertorio del que hace gala el crack argentino.

Crack que yá le disputó los dos galardones anteriores a dos jugadores de la talla de Kaká y Cristiano Ronaldo. Y eso solo contando con 20-21 años.

Y lo mejor está aun por llegar...

Crónicas blaugranas

Dinamo de Kiev 1-2 F.C Barcelona

No se puede decir que este Barça, utilizando el simil escolar, sea un mal estudiante. Acostumbrados estábamos a que este Barça de Guardiola fuera una balsa de aceite, paradisiaca para los culés, indestructible acorazado para los rivales.

El sorteo de grupos no auguraba un paseo del equipo culé, precisamente. En frente tendría al Inter de Eto´o, campeón de las últimas cuatro ediciones del Scudetto y líder sólido del campeonato italiano, y a dos peligrosos equipos del Este; el histórico y peligroso Dínamo de Kiev, líder en el campeonato ucraniano y vigente campeón; y el Rubin Kazan, campeón y líder de la floreciente Liga rusa.

Pero como decía al principio, los culés estamos poco acostumbrado a sobresaltos, más allá de lo ocurrido ante el Chelsea hace unos meses. Pasar por encima de equipos como el Bayern, el Madrid o el Sevilla se había convertido en algo cotidiano y normal para el equipo azulgrana.

Las cosas no empezaron mal; empate en Inter con gran juego y victoria solvente en casa frente al Dínamo. Pero justo en el ecuador de la liguilla vino el inesperado hueso. El Rubin parecía una victima propiciatoria en su visita al coliseo blaugrana. Sin embargo, con el habitual cerrojo que suelen presentar los equipos en el Camp Nou y con la suerte necesaria, se llevaron los tres puntos. Fortuna que se extendió al encuentro de vuelta, cuando empataron en Kazan un encuentro que merecieron perder (aunque el Barça jugó peor que en Barcelona).

El resurgir vino ante el Inter en casa. Con la afición zozobrando, sin Messi y sin Ibra, el Barça pasó por encima del Inter y dejó encauzada la clasificación. Y dependiendo de sí mismo empezó el encuentro en Kiev.

Tan helado como el ambiente saltó Valdés al terreno de juego. No se había consumido el segundo minuto de encuentro cuando un error garrafal de Víctor puso el partido cuesta arriba (que no la clasificación). Piqué comete falta cerca del pico del area. Shevchenko la tira con efecto hacía el centro del arco del portero catalán, roza Milevskiy con la cabeza y Valdés para en primera instancia a ras de suelo, pero con su propio cuerpo le vuelve a dar impulso a la bola que entra llorando por linea de meta.

En otros tiempos el Barça se hubiera puesto nervioso y hubiera podido pasar cualquier cosa, probablemente nada bueno. Pero el Barça de Guardiola es otra cosa. Es tozudo en sus convicciones, en su juego. Los chicos de Pep no variaron ni un solo milímetro el guión por el temprano gol del Dínamo.

Tras el gol de Milevskiy el Barça desplegó su fútbol de posesión y toque. No fue el Barça centelleante y vertical de otras ocasiones. Las condiciones del rival, del clima y del terreno de juego no eran propicias para acelerar el juego con precisión.

El equipo se revistió no solo de mayas antifrio, sino de paciencia, mucha paciencia. Hasta el punto de hipnotizar a un rival ilusionado con la gesta pero conformista e incluso temeroso de despertar a un gigante no dormido, pero sí algo entumecido.

Pudo Messi acabar con cualquier tipo de incertidumbre diez minutos después del gol ucraniano. Shovkovskiy, el veterano portero del Kiev, sacó corto de meta y dejó el balón al crack argentino. Éste se dirigió flechazo hacia meta y tiro apurado ante la persecución de los jugadores locales. Shovkovskiy enmendó su error parando el chut cruzado del "Pulga".

Gol en contra, ocasión clara marrada... muchos equipos se hubieran hundido en tales circunstancia. Los Xavi y compañía no. Perseveraron en su juego, que no entiende de frios ni de calores, de hogueras ni de cavernas heladas. Serían capaces de dominar un partido jugado en los riscos de una montaña.

Ese control aun no se materializaba en goles, a pesar de que Ibra, Messi o Alves lo intentaron con poca fortuna. Pasada la media hora, una de esas largas posesiones terminaron dando fruto. Cuando los 11 azulgran mueven la bola parecen las hileras de un manípulo romano. Avanzan lenta pero inexorablemente dejando enemigos aturdidos. Xavi, sin duda el general de esta legión, abandonó su puesto de mando para dar el mismo el golpe que igualaba la contienda. Tras una larga posesión, Messi por el centro abrió a la izquierda para Abidal. El francés, inteligentemente, no colgó el balón, sino que lo raseó con intención hasta el corazón del area donde Xavi, entrando a ras de suelo sin importarle mancharse de barro, empuja el balón allá donde Shovkovskiy era imposible que llegara.

El gol hizo trizas las escasas esperanzas de los chicos del Este de dejar fuera de la Champions al campeón. No parece ser tampoco que esa fuera su intención desde un principio, sino al menos derrotar a los blaugranas y esperar a ver que ocurría en Milan.

Con tablas en el marcador se llegó al descanso. El Barça tenía medio trámite cumplido y sería primero salvo debacle del Inter (ganaba 1-0 al descanso con gol del amigo Eto´o).

La segunda parte prometía ser un monólogo blaugrana. Y así lo fue, efectivamente. Durante toda la primera mitad de la segunda parte el control fue barcelonista, pero paradójicamente el Dínamo llevó más peligro. Casi siempre a balón parado. La altura de sus hombres creó problemas a los chicos de Pep en algunas ocasiones. Eso, y un centro que despejó Abidal y extremis.

Y en estas empezó el "show" de Messi. Una escapada de las que le gustan a él estuvo a punto de darle el segundo disgusto de la tarde a Shovkovskiy si llega a acertar Alves. Más tarde dejaría su tarjeta de visita...

Visto el cariz que tomaba el encuentro, los ucranianos, que hasta entonces no habían jugado con demasiada agresividad (aunque sí orden táctico), comenzaron a repartir, y no precisamente rosas. Y lo que es más grave, ante la permisividad arbitral. Increíble que el Barça terminara con más tarjetas amarillas que el Kiev.

Pero Messi es de los que cuanto más reciben más se motivan. Los de Kiev recibieron su castigo en el minuto 85. Falta sobre Messi en el pico del area. Perfecta para un zurdo. El argentino, que no se prodiga en este tipo de suertes, mando el balón casi templado justo al travesaño. El roce del guante del cancerbero ucraniano no pudo evitar que el balón entrara. Golazo, partido sentenciado, pase como primero resuelto y Kiev fuera de Europa.

Desgraciadamente el partido dió para más. En la novena falta que recibió el crack rosarino, lo lesionaron. La falta justo en la frontal del area fue lanzada con un terrorífico zapatazo por Ibrahímovic. Solo el cuerpo de Shovkovskiy pudo evitar el tercero del Barça.

El equipo culé tuvo que remangarse para dejar atrás la fase de grupos. El grupo pintaba difícil (grupo de la muerte, sin duda) y realmente lo fue. El Barça brilló poco contra los rivales que teóricamente eran más débiles, los del Este, y dejó dos partidazos ante el Inter de Milan, especialmente el segundo.

Ahora toca esperar la recuperación de Messi, agenciarse tres puntos de Liga contra el Espanyol y encarar con ilusión la cuadratura del círculo: el Mundial de Clubes.

Partido correspondiente a la sexta jornada del grupo F de la Liga de Campeones de la UEFA.

Goles

1-0 Milevskiy 1´
1-1 Xavi 33´
1-2 Messi 85´

viernes, 11 de diciembre de 2009

Mundo Culé

LA FINAL DE LAS BOTELLAS (1968)

Tras eliminar al Celta, el Real Madrid se convirtió en el rival del Barça en la finalísima de la Copa del Generalísimo. El gran duelo era una realidad. Lo catalanes tenían la oportunidad de tomarse la revancha de la Liga. Desde 1936 no se enfrentaban los dos "grandes" en el match decisorio de la Copa.

En aquellos tiempos no se tenía en cuenta la posibilidad de elegir una sede neutral. Si Franco estaba en Madrid, el escenario de la final debía ser la capital y más concretamente el Bernabéu. No importaba que uno de los dos contendientes fuera el propietario del terreno. Recordemos, a proposito de ello, que en 1963, cuando el Barça había disputado (y ganado) su anterior final, el escenario del encuentro fue el Camp Nou, ya que el Jefe del estado se encontraba en tierras catalanas.

El Real iba a contar con campo y público favorable, pero no cayó bien en el bando "merengue" la designación del balear Antoni Rigo como árbitro del lance. Tenía fama de barcelonista...

Durante toda la semana anterior al partido se caldeó el ambiente hasta límites insospechados. El Bernabéu era, pues, aquel 11 de julio de 1968 una "olla a presión" a punto de estallar. Y estallço, como veremos más adelante.

No se llevaban jugados más que seis minutos cuando Zabalza lanzó un pase en profundidad a Rifé, quien centró a media altura y Zunzunegui, al intentar despejar, envió el balón al interior de su propia meta. El Bernabéu enmudeció. A partir de este momento, el Barcelona se mostró de lo más conservador y dejó toda la iniciativa a su rival, que buscó con ahínco el gol. La zaga blaugrana, con un segurísimo Sadurní a la cabeza, se mostró infranqueable.

L impotencia de su equipo provocó el nerviosismo de la afición del Real Madrid, que comenzó a protestar una y otra vez las decisiones de Rigo y a pedir penalties. Los aficionados blancos lanzaron toda clase de objetos y hasta cascos de botella sobre el terreno de juego. La lluvia arreció cuando los jugadores intentaban dar la vuelta de honor después que Franco entregara la copa a Zaldúa.

La anécdota que se produjo en el palco no tiene desperdicio.Concluido el partido, la esposa del ministro de la Gobernación, Camilo Alonso Vega, apesadumbrada, se dirigió a Bernabéu, diciéndole: "Santiago, hemos perdido, ¡Qué desgracia!". Narcís de Carreras (presidente del Barça) estaba al lado, y el marido, queriendo demostrar imparcialidad, le dijo: "Anda, felicita al presidente del Barcelona." Aunque un tanto sorprendida, obedeció y le dijo a De Carreras: "Bueno, le felicito porque... Barelona es también España, ¿no?". Al máximo dirigente blaugrana le salió del alma un "¡no fotem, senyora!" ("¡no fastidie, señora!").

La derrota causó enorme enfado en Madrid. Prensa, aficionados, directivos y jugadores cargaron contra el árbitro Rigo (que sería desposeído de la internacionalidad) y contra la supuesta violencia de los barcelonistas. Los ecos de la que desde entonces fue conocida como "la final de las botellas" tardaron en apagarse. Lo cierto es que, después de cinco años, el Barcelona volvía a conquistar un título estatal. No era la Liga, cierto, pero esta Copa, tal como se había ganado, tenía un valor excepcional. Y el apoteósico recibimiento del que fue objeto el equipo en el aeropuerto y la ciudad lo demostró. La afición, pues, salió satisfecha de la prestación del nuevo Barça de Narcís de Carreras y Salvador Artigas.

Textos sacados de la colección "Equipos con Historia: F.C Barcelona", Universo Editorial S.A (Madrid, 1989). Más concretamente de las páginas 303 y 304 del tomo.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Crónicas blaugranas

Deportivo de la Coruña 1 - 3 F.C Barcelona

Tenía ganas Leo Messi de celebrar su recien conquistado Balón de Oro. Y lo hizo como sabe, sobre un terreno de juego.

Esta vez el genio argentino tendría todo el partido en Riazor para demostrar el porqué de tanto premio. En Jerez solo tuvo tiempo de dejar gotas de su dorada clase. Y el equipo tenía que demostrar que sigue enchufado, que lo de Chapín era fruto de la lógica descompresión, de que después de dos picos seguidos (Inter y Madrid) tendrían que llegar los valles.

Contra el Depor se esperaba un duro puerto de montaña y el líder salió luciendo todos sus maillots. Pep sacó su once de gala (si consideramos a Busquets titular sobre Touré). El de Santpedor no quería dejar escapar la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa para afrontar con tranquilidad los siguientes compromisos antes del Mundial de Clubes.

La intensidad inicial dejó en claro tales intenciones. El Barça salió enchufado, presionando arriba como siempre y jugando con esa equilibrada mezcla de control y verticalidad.

En el primer cuarto de partido dió tiempo para que Messi mostrara parte de su repertorio. El "Pulga" agarró un balón en la frontal, por el vértice zurdo del ataque y se revolvió, gambeteó en un palmo y tiró raso. Aranzubía detuvo sin problemas por bajo, rodilla al piso.

El Depor lució su solidez habitual y no se descompuso en defensa, aunque su centro del campo se veía ahogado por la concentración de la media blaugrana. Solo Guardado, un todoterreno, conseguía romper la linea de presión azulgrana.

El asedio a los dominios blaquiazules obtuvo su fruto pasado el ecuador de la primera parte. Tras una estupenda jugada de Iniesta (taconazo incluido) al filo del area grande, el balón sale rechazado. El siempre atento Alves lo recorre cual cartero motorizado y se la entrega a un Messi asomado al balcón de los dominios de Aranzubía. El eléctrico argentino se gira con el balón pegado al pie y lanza un zapatazo ajustado a su palo perpendicular, el izquierdo del arquero deportivista.

El Barça no se dedicó desde entonces a conservar el resultado, sino que intentó incrementarlo. Cosa que pudo suceder el otra jugada de un Messi omnipresente. La "Pulga" se internó como un cuchillo en la defensa coruñesa y asistió a Ibra. Este quebró a Aranzubía, pero este le rebañó el balón en el instante justo evitando que el sueco rematada a puerta vacía.

Un Depor inédito en ataque obtendría a diez minutos del final de la primera parte el momentaneo e injusto premio del empate. Aranzubía saca potentísimo de puerta, Busquets cabecea hacía atrás bombeado y Adrián remata con fe picando abajo el balón con la cabeza. Valdes, algo descolocado, solo puede desvíar ligeramente el balón sin lograr impedir que este entrara mansamente en la portería azulgrana.

Este afortunado gol espoleó a los de Lotina y los reafirmó en su estrategia, sensación que se prolongaría más allá del descanso.

Tras el intermedio el guión no cambió, pero las sensaciones fueron distintas. El Barça parecía acusar el golpe del empate. Otra vez tocaba remar para no ceder a la corriente. Una corriente transfigurada en un Deportivo que se crecía moralmente según iban pasando los minutos, y soñaba con alcanzar un premio mayor confiando en tener otra oportunidad y misma eficacia.

Al Barça le costaba cada vez más inquietar el arco deportivista. Iniesta no tuvo la inspiración de otras noches y Henry sigue demostrando el porqué se buscan refuerzos en ataque para en el mercado invernal.

Con la entrada de Pedro se incrementaron los problemas del Depor. Manuel Pablo y compañía estaban encantados con un inoperante Henry. No podrían decir lo mismo de Pedro.

El canario le dió otro aire al ataque y actuó como perfecto revulsivo. El 1-1 persistía en el marcador. Rondaba el minuto 80 cuando Busquets (sensacional una vez más el canterano) abrió el balón a la derecha para Alves. Este cedió el balón raso al area donde Pedro picó hacía el punto de penalty. Allí Messi cabeceó impecablemente al segundo palo dejando de piedra al meta vasco del Deportivo.

Al Depor le entraron las prisas y el partido se rompió definitivamente. El Barça con espacios es mortal y el equipo coruñés, apurado por el tiempo y el marcador adverso dejó muchos.

Al filo del minuto 90 Abidal centró raso y fuerte al area, rebasa a Messi y le llega franco a Ibra. El sueco, en otro detalle de clase, puso el interior de su 46 y dejó que la potencia que ya llevaba el balón impulsado por Abidal hiciera el resto. Balón a media altura que se estrella con el fondo de la red junto al palo izquierdo.

De ahí al final el habitual rondo culé. El Depor bajó los brazos y se resignó a su suerte. El Barça sacó tres valiosísimos puntos de uno de los campos más difíciles de la Liga, realizando un partido serio y jugando en su linea, bien. No fue un Barça arrollador, pero tampoco fue el Barça tedioso de la primera hora de Chapín.

Y Messi volvió a reivindicarse una vez más como el mejor del mundo y a cimentar un futurible segundo Balón de Oro.

Partido correspondiente a la decimotercera jornada de la Liga española.

Goles

0-1 Messi 27´
1-1 Adrián 39´
1-2 Messi 79´
1-3 Ibrahímovic 88´

sábado, 5 de diciembre de 2009

Mundo Culé

EL POLÉMICO 11-1 DE CHAMARTÍN

La buena actuación del Barça en la parte final de la Liga había dado alas a los blaugrana, que encaraban la Copa con enorme entusiasmo. Y fueron superándose las sucesivas eliminatorias ante Levante, Celta y Ceuta sin que se dejara de ganar ni un solo partido.

Y llegaron las semifinales. El rival que le correspondió en suerte fue el Real Madrid, un club con el que siempre (a excepción de una polémica surgida en la Copa de 1916) se habían mantenido buenas relaciones, Decimos esto porque ahora iban a deteriorarse. ¡Y de qué modo!

La ida pareció sentenciar el choque entre blaugranas y "merengues". Concluyó con un claro 3-0, con goles de Valle, Escolá y Sospedra. El partido se había desarrollado por cauces totalmente deportivos y el público comportado correctamente. Sin embargo, los periodistas madrileños Juan Deportista (jefe de prensa de la Delegación Nacional de Deportes) y Rienzi lanzaron desde las páginas de "ABC" y "Madrid" respectivamente, toda clase de infundios. Publicaron auténticas barbaridades y provocaron que el ambiente de cara al partido de vuelta se caldeara como nunca se había visto en la historia del fútbol español. El propio Real Madrid secundó la campaña pidiendo a sus socios y aficionados un apoyo especial para que el equipo pudiera humillar al rival, y así, responder a la afrenta de Les Corts.

El Marqués de la Mesa de Asta y su Junta, sabedores de que se estaba preparando una encerrona en Chamartín, publicaron un manifiesto dirigido especialmente al Real Madrid y sus seguidores. Decía así:

"Barcelona, 10 de junio de 1943.

Señor presidente del Real Madrid: Muy señor nuestro y amigo:

Transcurridas ya muchas horas después del último partido creemos deberles la atención de ponernos en contacto con ustedes, deseándoles primeramente hayan tenido un feliz regreso a ésa.

No queremos juzgar los comentarios más o menos autorizados aparecidos en la prensa y nos basta con haber sido ustedes y nosotros testigos presenciales del desarrollo del partido, pero algo tenemos que decirles, y es que la organizada y tan cacareada "pita" con que debía ser recibido el Madrid en nuestro campo quedó toalmente ahogada con la gran ovación que los 38.200 espectadores dedicaron al club que, después del suyo, goza de las preferencias de nuestros socios.

Perderemos o ganaremos ante ustedes el día 13, saldremos o no eliminados, pero lo que nos interesa es seguir honrados con la amistad de ese gran club, de la que tantas pruebas tenemos recibidas.

Es cuento tenemos que decir a usted, señor presidente, y deseando de corazón que su público enseñe al nuestro a tolerar errores y violencias que puedan producirse en el curso del juego, caso de que se presentaran, nos reiteramos una vez más suyos atentos y con afectuosa consideración."


"Instrucciones" en el vestuario

Pese a las buenas intenciones del Marqués, aquello ya no había quien lo parase. Y esperando lo peor partió la expedición barcelonista hacia Madrid. Ya en las calles de la capital recibieron toda clase de insultos. Era el preludio de lo que iba a ocurrir dentro de Chamartín, adonde asistieron todos los espectadores con un pito.

Los jugadores podían esperarselo todo, pero no que las autoridades también quisieran "participar" en la "fiesta". Y quedaron estupefactos cuando entró en los vestuarios el director general de Seguridad, quien les dió "instrucciones" de cómo debían comportarse en el encuentro. Minutos después fue el árbitro, Celestino Rodríguez, quien hizo lo propio. Por el Real Madrid saltaron al terreno de juego: Marza, Querejeta, Corona, Souto, Ipiña, Moleiro, Alsúa, Alonso, Pruden, Barinaga y Botella. La ovación que recibieron fue increíble. Aunque mucho menos que la monumental pita con la que fueron obsequiados Miró, Curta, Benito, Raich, Rosalench, Calvet, Sospedra, Escolá, Martín, César y Valle, los componentes del "once" blaugrana.

Las amenazas surtieron efecto y los jugadores barcelonistas, atemorizados y nerviosos, vieron como una y otra vez era batida la meta de Lluís Miró. El resultado final fue de 11-1. El Real Madrid se había salido con la suya, pero la actitud del club y del público, auspiciada por las autoridades, había sido deplorable. Al final del encuentro hubo invasión de campo por parte de cientos de aficionados que celebraron la humillación del rival.

Y lo bueno del caso es que la Federación, que ya había multado con 2500 al Barcelona por la actitud del público en Les Corts, decidió imponerle otras 25.000, las mismas que al Real Madrid, por lo ocurrido en Chamartín. De nada valió el recurso presentado por el Marqués de la Mesa de Asta, en el que se explicó, con veracidad, todo lo ocurrido en uno y otro campo. Al contrario. Se amonestó severamente a la Junta Directiva de la entidad catalana.

Ante tal estado de las cosas, Enrique Piñeiro, un hombre de probada lealtad al Régimen de Franco (era un laureado militar) pero al propio tiempo una persona de honradez fuera de duda y que había compredido la realidad del club, decidió dimitir otra vez. En esta vez, irrevocablemente. La injusticia había sido demasiado grande.

La polémica crónica de Samaranch

El actual presidente del Comité Olímpico Internacional, Joan Antoni Samaranch, ejercía por aquel entonces como periodista en el periódico del Movimiento "La Prensa". Y pidió ser el enviado especial al partido de Madrid. Aunque españolista de corazón, sentía (y siente) un gran cariño por el Barcelona, y estaba convencido de que el club blaugrana iba a sufrir aquel día una enorme injusticia. No se equivocó.

Y, olvidándose de cualquier posible represalia, escribió una crónica impresionante, insólita para aquella época. Veamos algunos de sus párrafos.

"¡11-1! Con un 3-0 a su favor en la ida está eliminado el equipo que más posibilidades tenía para llegar al título de Campeón de España. No se martiricen pensando las causas de estos hechos los incondicionales del Barcelona. Es un buen consejo. No hay que buscar culpables en el equipo porque no los hay. Ya hemos dicho que el Barcelona no jugó ni bien ni mal. No existió. No se le vió en toda la tarde. Era lo mejor que podía hacer en aquellas circunstancias. Así han quedado las cosas y hasta aquí podía llegar. Para ellos es la final. Son lo mismo 11 que 50. Pero esto ha sucedido a costa de perder Madrid y el Madrid aquella fama de caballerosidad de que tanto y tantas veces nos hablaban esos cronistas de gran renombre y prestigio (se refería a Juan Deportista y Rienzi), que más bien en lugar de frenar los ánimos como era su obligación han sido los que han inducido a crear el estado de ánimo para superar el 3-0 favorable al Barcelona con un resultado y una descortesía mucho mayores...

El Consejo Deportivo blaugrana felicitó a Samaranch por su valiente crónica, pero días después se le retiró el carnet de periodista y se le prohibió volver a escribir. Así iban las cosas por aquel entonces...

Textos sacados de la colección "Equipos con Historia: F.C Barcelona", Universo Editorial S.A (Madrid, 1989). Más concretamente de las páginas 139, 140, 141 y 142 del tomo.




jueves, 3 de diciembre de 2009

Crónicas blaugranas

Xerez C.D 0 - 2 F.C Barcelona

Llegaba el Barça a tierras gaditanas con la intención de ventilar el compromiso por la vía rápida y con el menos desgaste posible.

Guardiola incidió en que estos tres puntos son tan importantes como los ganados al Madrid. Es evidente que azuzaba a sus jugadores para que no se relajaran o durmieran. Pero no lo consiguió del todo. El equipo controlo bien el partido en líneas generales, pero con el mínimo esfuerzo. Se notó cierta "descompresión" después de dos intensos choques contra Inter y Madrid.

Bien es cierto que el Xerez ha sido el rival más débil e inocente con el que se han cruzado hasta ahora en Liga. Este Barça vá tan sobrado de calidad que no necesita meter la quinta velocidad para derrotar al colista. Un colista que se mostró voluntarioso, luchador y ordenador, pero terríblemente inoperante en ataque.

La alineación inicial de Pep dejaba fuera a varios puntales del equipo. A saber, Puyol, Piqué, Abidal, Iniesta, Messi e Ibra. Los Maxwell, Chigry o Bojan tenían una oportunidad más para convencer a Guardiola de que puede contar con ellos en las grandes ocasiones. El brasileño cumplió bien e incluso dió el centro del primer gol de Henry. Chigry movió bien la bola y no pasó demasiados apuros en defensa. Hay que verlo en plazas mayores. Y Bojan sufrió el efecto gaseosa. Comenzó muy activo girándose bien en el área a pase de Pedro e incluso protagonizó una internada con pase al area pequeña de bastante mérito. Pero ahí se acabó. El resto lucha continua y escaso acierto.

El Barça de la primera parte solo sorprendió al principio, cuando el Xerez aun se estaba aclimatando. Cuando los azulinos se asentaron no pasaron demasiado apuros ante un Barça donde ni Pedro ni Henry desbordaron y donde Bojan se fue desdibujando a medida que pasaban los minutos.

Xavi estuvo a buen nivel, dirigiendo sabiamente al equipo, como siempre. Pero se le notó algo cansado y no llegó a la excelencia de otras veces. En la primera parte, además, jugó quizá demasiado retrasado, desconentándose de unos atacantes desabastecidos. Pienso que Guardiola debió optar por Iniesta de inicio, más descansado en lo que vá de temporada.

Con un Xerez golepeando al aire y un Barça dormido se llegó al descanso. En la reanudación, con el mismo 11 del inicio del partido, el Barça metió el primer zarpazo. Centro de Maxwell que, ayudado por la elevación del balón que produjo la pierna del defensor xerecista, llegó a la altura de la testa de Henry, que remató esplendidamente a la red, previo toque de Renan y el larguero, por este orden.

Con poquito juego el Barça encarriló el partido. Solo Orellana por el bando azulino se acercó con cierto peligro al area de Valdes. Desde el gol el Barça se dedicó a marear la perdiz y a esconder el balón, aunque el entusiasmo que aun demostraba el Xerez a causa del exiguo resultado provocaba alguna que otra oleada xerecista normalmente por algún error en la entrega de algún jugador barcelonista. La peor, una pérdida de balón de un Touré algo corto de forma.

El partido tomó interés con el goteo de cambios del Barça. Messi, Ibra e Iniesta fueron entrando al campo desde el minuto 55 al 75, relevando a una floja delantera (Henry tuvo el acierto del gol, pero estuvo poco incisivo).

Estos cambios se notaron en el último cuarto del partido. Las conexiones entre los Xavi, Iniesta, Messi e Ibra convencían al Xerez de ser un juguete en manos del equipo culé. Aunque, en descargo de ellos, no bajaron los brazos en ningún momento.

Las oportunidades terminaron sucediéndose. La más clara fue la de Messi. Iniesta roba un balón por el flanco derecho de una defensa azulina ligeramente adelantada y Messi penetra en diagonal aguantando la presión del defensa. Su potente tiro cruzado y raso acaba estrellandose violentamente con la cepa del palo izquierdo de la portería defendida por el brasileño Renan.

Con el tiempo casi cumplido vino lo mejor de la noche. Messi agarra un balón pasado el centro del campo, avanza acompañado de jugadores del Xerez y asiste en profundidad con el exterior del pie a un Ibrahímovic que pica el balón magistralmente por encima del arquero xerecista.

Los jugones liquidaron el partido y pagaron la entrada de todos los que se acercaron al estadio Chapín para verlos.

Con lo justo el Barça se metió en el zurrón tres puntos de esos que no ganan Ligas, pero que tampoco las pierden, ante un digno rival, y pone tierra de por medio (con un partido más, eso sí). El fin de semana espera un Depor siempre peligroso en su feudo.

Partido adelantado correspondiente a la decimoquinta jornada de la Liga española.

Goles

0-1 Henry 46´
0-2 Ibrahímovic 92´

miércoles, 2 de diciembre de 2009

De azul y grana

EL CONTROVERTIDO LAPORTA

Vuelve a salir Joan Laporta a la palestra a causa de un video y unas fotos donde aparece bailando en una discoteca pasado de copas. No es, evidentemente, la mejor imagen que puede dar del Barça ni de sí mismo.

Cuando una persona ostenta un cargo privado pero de trascendencia pública, como es el caso, tiene que ser consciente que sus actos no pasan desapercibidos para nadie. Que debe tener una actitud decorosa, pues no se representa solo a sí mismo, sino a todo un Club.

Laporta es libre de emborracharse hasta quedarse ciego, si quiere... cuando deje de ser presidente del F.C Barcelona. No me vale la excusa de que un sibilino paparazzi (probablemente pagado por medios poco afines al Barcelona) lo agarró en renuncio.

Desde luego no es la mejor forma de hacer campaña política, algo que el señor Laporta lleva tiempo haciendo mientras es presidente del Barça. No me gustó nunca esta actitud de Joan. Me parece muy bien sus ideas de nuevo burgues barcelonés que se apunta a lo que está de moda en las altas esferas catalanas: el deporte del independentismo. Unos por convencimiento (personalmente creo que pocos); otros como medida de presión para medrar del Estado español.

Pero no me quiero desviar del tema. No es esta una columna de política, aunque para aclarar algunos temas haya que referirse a la misma. Como decía Laporta lleva tiempo manchando la imagen del Club con su manía de hacer del Barça la bandera del independentismo. Su actitud ha sido sectaria y hasta cierto punto "cateta". Él representa un Club en que sus socios y aficionados no pertenecen a un pensamiento único. Los hay de todas las tendencias, y les debe un respeto.

El Barça está en su momento de mayor universalidad. Hay barcelonistas en todas las latitudes y altitudes. Con su mensaje global Laporta es verdad que no ha puesto trabas a este crecimiento. Incluso ha tomado decisiones acertadas, como la de elegir a Unicef como imagen de la zamarra blaugrana. Pero el Laporta "versión casera" se ofusca y radicaliza. Retiene a alevines del Barça en el vestuario para que no oigan el himno de España. Retira la bandera española del Camp Nou. Y otras por el estilo.

En el lado positivo hay mucho que reseñar. Ha llevado al club a sus mayores cotas de éxitos deportivos. Ha eliminado a los grupos radicales. Y, al menos con los datos públicos, tiene saneado económicamente al Club.

Las actitudes poco mesuradas de Laporta han sido carnaza para aquellos medios que buscan cualquier resquicio para atacar al Barcelona. Pasó con los anteriores. A Núñez no se le vió bajándose los pantalones en un aeropuerto, o emborrachándose en un pub. Durante sus 22 años de mandato no dió escándalos de este tipo. Solo podían agarrarse a su mala relación con Cruyff, al caso "Hesperia" y otros temas por el estilo que no dejan de ser gajes del oficio. Gaspart, con su debilidad y forofismo se retrataba el solito. No merecía la pena atacarle, él mismo se desacreditaba. Es más, deseaban que continuara visto su lamentable mandato (ningún título en fútbol).

Pero a Laporta lo atacan con más saña aun. Ha situado al Barça a años luz del Madrid. Y eso no pueden tolerarlo. Lo normal sería no darles más motivos de los que fabricarán (si no hay, inventan). Pero no, el amigo "Jan" se empecina en "dar el cante".

Ahora que le quedan dos telediarios para salir del Barça parece más deshinibido que nunca. No parece darse cuenta que el Barça está inmerso en competiciones importantes y que se necesita estabilidad. Es una pena que un presidente tan laureado termine pasando a la historia por dislates tan lamentables como el del otro día.

Esperemos que sea el último, por el bien del barcelonismo.

martes, 1 de diciembre de 2009

VIDEOS

Gol de Czibor en la final de la Copa de Europa 1961 en Berna (Suiza).

http://www.youtube.com/watch?v=XPWE1g0bR9M



Recopilación de goles de Sandor Kocsis.

http://www.youtube.com/watch?v=Rfe3DUi4q6Y&feature=related




Gol de Maradona al Madrid en el final de la Copa de la Liga (1983)

http://www.youtube.com/watch?v=5Hx97wTyiGU&feature=PlayList&p=EA53651B5022A222&playnext=1&playnext_from=PL&index=28



10 de los mejores goles de Luís Suárez, delantero uruguayo del Ájax pretendido por el Barça.

http://www.youtube.com/watch?v=H5FNiu-8lpQ


De azul y grana














DEL POTRERO A LA GLORIA

Hace poco más de tres lustros cuando un pibito que no levantaba dos cuartas del suelo gambeteaba como una centella a gigantes en cualquier potrero de su Rosario natal.

Practicamente nadie podía imaginar que aquel chico llegaría años después a coronarse con todos los laureles del fútbol. Como mucho sus más allegados podrían soñar en verlo triunfar en Argentina con la camiseta de Newell´s, el equipo de su ciudad y de sus corazones.

Con Messi se hace una vez más realidad el cuento del "patito feo". Su pequeño aspecto amenazaba con limitar su esencia, con impedir que todo su genio futbolístico brotara sin taras ni barreras. El tiempo y la vida hizo de esa traba una cuestión más allá de lo estético. Su salud estaba en juego.

El destino empezó a encajar piezas y a mostrar el camino ¿correcto? Eso lo diría el tiempo. Muchos han quedado y quedarán en el camino. El camino terminó siendo correcto porque hubo final feliz. A Messi se le abrió la gran puerta cuando todas las demás se cerraron. En Argentina nadie se arriesgó a pagarle un costoso tratamiento hormonal. En Barcelona sí. Esa fue la diferencia.

El Barça apostó por él, y él lo dió todo. El club culé le dió todos los medios para expresar su talento y el pibe lo agradece en forma de grandes actuaciones en el terreno de juego.

Hasta ahora su historia ha sido dura y gloriosa. De como él entienda todo lo que le ha dado y le dá el Barça y de como el club valore su entrega dependerá que esta exitosa sociedad no se rompa. Nada asegura que el idilio Barça - Messi sea imperecedero. Ni que su familia lleve sus negocios (ya vivimos el caso Ronaldinho, por ejemplo), ni que sea de la Massía, ni que vendan su humildad.

Depende principalmente de Messi el madurar, el no descentrarse, el no "volar" más allá de su realidad terrenal. La decadencia de Ronaldinho amenazó con arrastrar a un Messi aun imberbe. Seguro que desde entonces ha madurado. ¿Cuánto? Eso no se sabe con exactitud. Es humano, y errará. Como humanos son los directivos del Barça, y errarán. Y eso Leo tendrá que tenerlo en cuenta. Cuáles son sus prioridades, hasta que punto siente al Barça.

Hace poco declaró en Argentina que cambiaría todos los títulos conseguidos por el Barça por ganar el Mundial con Argentina. Declaraciones hasta cierto punto lógicas teniendo en cuenta el entorno y las circunstancias. También que el Mundial es lo más grande para un futbolista y que los argentinos son especialmente patrioteros. Muy bien. Pero tiene que tener más tacto. No vivimos en los años 20, en que lo más avanzado era el teléfono. Ahoras las noticias vuelan vía fax, tv, internet,etc.

Y al culé le duele oir eso, aunque lo entienda. Se siente un tanto decepcionado. No se le pide hipocresía, solo tacto. No se duda de su agradecimiento al Barça, lo demuestra partido a partido. Ni siquiera del cariño. Sería inhumano que no lo tuviera. Pero por contentar a unos a entristecido a otros.

Los barcelonistas esperamos que este Balón de Oro sea el primero de muchos premios. Y sobre todo la culminación de títulos colectivos. Porque para llegar a estos premios Messi tendrá que rendir con el equipo, eso nunca tiene que olvidarlo.

El próximo reto es el Mundial de Clubes. Ahí Messi tendrá que reafirmar su status y confirmar que es la estrella que más brilla.

Felicidades Leo.

De azul y grana

EL PRIMER Y ¿ÚNICO? FICHAJE DE INVIERNO

Dicen que las malas noticias nunca vienen solas. En Can Barça podría aplicarse este refrán, pero a la inversa. En estos tiempos, las buenas noticias en el Barça nunca vienen solas. Se agolpan una tras otra. Renovación de Iniesta, victoria en el clásico, Balón de Oro para Messi... y el alta médico de Gaby Milito.

El central argentino llevaba tanto tiempo en el dique seco que parecía como si no estuviera ya en el equipo. De hecho se perdió completa la gloriosa temporada pasada y la mitad de esta (que también va para excelente, cuanto menos).

Los barcelonistas echamos de menos los rizos del argentino ondulando al viento mientras que achica balones o saca el balón jugado. Se ha echado de menos la garra de nuestro segundo Puyol en el campo, a pesar de haber sido una temporada de ensueño. Pep no hubiera tenido tantos quebraderos de cabeza en la final de la pasada Champions, por ejemplo. Hubiera contado con Touré como efectivo en el centro del campo, como habitualmente hace, y el "Bisbal" argentino hubiera formado junto a Piqué en el centro de la defensa, asegurando la máxima solidez.

Gaby Milito fue uno de los jugadores más destacados de la decepcionante temporada 2007/08. Fue uno de los jugadores (junto a los Puyol, Xavi, Iniesta, Touré...) que no fue puesto en tela de juicio por su bajo rendimiento. Muy al contrario, su presencia aportó solidez al centro de la zaga culé y fue clave para que el equipo lograra llegar lejos en todas las competiciones.

Muchos dudan que vuelva a recuperar su nivel. Yo no lo dudo. Primero porque ha habido paciencia en todo su proceso de recuperación. Se ha optado por asegurarse una recuperación completa, sin forzar ni un ápice. Si Gaby tiene el alta es porque está completamente recuperado. Solo le queda alcanzar nivel competitivo. Y lo segundo es su edad; no llega a los 30 años. Para un central fuerte, como es su caso, no habrá problemas para rendir a alto nivel 2 o 3 temporadas más.

Con este refuerzo de lujo el capítulo de altas en la defensa debería darse por cerrada, ya que aunque solo está Alves como lateral derecho auténtico, siempre Puyol puede ocupar una posición que conoce perfectamente y donde rinde optimamente. Quedan como centrales Piqué, Milito, Chigry y Márquez.

Esto además tiene otra lectura positiva. Keyta y Touré se van a la Copa de África en enero. Con la entrada de Milito se puede liberar algún central (Piqué o Márquez) para que juegue de medio centro si se lesiona o sancionan a Busquets.

Otra cosa es que esté cerrado el capítulo de incorporaciones en otras lineas. El pobre rendimiento de Henry en vanguardia podría precipitar la cesión de Robinho y/o la compra de Luís Suárez.

Yo abogo por la incorporación de Luís Suárez (si su precio no supera los 25 millones de euros) y la cesión de Robinho, si finalmente se piensa incorporar al ex-madridista (sinceramente, no me ilusiona en exceso su cesión y menos su fichaje).

Parece ser que lo de Robinho lo llevan en silencio, de ahí la falta de portadas en los medios deportivos. Pero seguramente se hará, y será cesión. Lo de Luís Suárez se presenta difícil en cualquier caso, ya que puede haber subasta. Solo si el jugador presenta un interés firme por ir al Barça y solo al Barça podría hacer más asequible su fichaje. Es un excelente jugador, de esos que dentro de 2 o 3 años valdrá el doble de lo que actualmente vale.

Y ojo con el francés Gourcouff. Puede ser un clarísimo caso Laudrup. Fracasó en Italia, pero tiene una calidad indiscutible. No sería excesivamente caro, y no lo veo incompatible con la incorporación de Cesc (recambio natural de Xavi). El francés tendría hueco en una plantilla ya sin Henry. Pero esta operación debe quedar para la temporada que viene.

De momento, a disfrutar de esta, que queda mucho por hacer.

De azul y grana

YAYÁ TOU"RE"

Y sí, pongo la última sílaba del apellido de Touré con comillas para resaltar como se "re"pite la misma situación que hace unos meses y para "re"saltar la desverngüenza que tanto él como su representante están teniendo con el Barcelona.

Desde que este sensacional futbolista llegó a Barcelona su "representante" (lo pongo entrecomillado porque un señor así no puede representarse ni a sí mismo), el ucraniano Dimitri Seluk, no para de "tocar las narices" (por decirlo suavemente). Este individuo tiene la costumbre de presionar a los clubs a través de los medios. Para que renovaran a Touré sacó la larga lista de clubes que lo pretenden y así asegurase una jugosa renovación.

Estos individuos que hacen llamarse representantes van de "padres" de los futbolistas. "Miman" al futbolista y le hacen creer que quieren lo mejor para ellos, cuando en realidad quieren lo mejor para sí mismo. Es una aberración llamar "padre" a tipos así. El amor de un padre es desinteresado e incondicional. El de estos tipos, no. Si el fútbolista pierde su status y deja de ser negocio, lo dejan en la estacada. No se les puede llamar buitres, pues sería insultar a una especie que sobreviven con las herramientas que la naturaleza les dá. No distinguen entre bien y mal. Los representantes sí, y les dá igual.

Desgraciadamente este tipo de representantes abundan en el mundo de deporte. Pero más preocupante aún es que sus representados les sigan en juego, ya sea por inocencia, agradecimiento, ignorancia o en el más grave de los casos, complicidad.

Lo más grave de este caso llegó ayer, cuando el mismo Touré amenazó con irse si no es titular. Este señor se piensa que en su contrato se estipula que tiene que jugar titular sí o sí, cuando lo único que significa es que pertenece a la plantilla profesional del F.C Barcelona. El que juegue titular o no es cosa de Guardiola. Si tiene algún problema tiene que hablarlo con él, y no airearlo en público. Y menos metiendo por medio a su representante, el cual se mete donde no le llaman.

El problema es que a los representantes (y a veces a los representados, si es un mercenario) les conviene cuanto más traspasos mejor, ya que ganan mucho dinero en estas operaciones. A esto se le une la habitual subida de sueldo en el nuevo club, cosa que también beneficia al representante. Y mucho me temo que este es el caso de Touré.

No dudo de la profesionalidad del marfileño. La ha demostrado sobradamente, jugando con una hernia o haciéndolo en una posición que no es la suya en partidos comprometidos. No se le exige "amor" a los colores. Eso hay que sentirlo. Pero sí puede exigírsele discreción y comportamiento fuera del campo.

Touré está tensando demasiado la cuerda. Entiendo su ansiedad por jugar, sus ganas. Eso habla bien de él. Pero no sus métodos para presionar. No puede compararse con Abidal. Con el francés Pep ha arriesgado porque no tenía sustituto de su nivel (Maxwell no lo está demostrando). Con Yaya Pep no arriesgó tras su Gripe A por la sencilla razón de que Busquets sí que demuestra nivel. Guardiola ha preferido reservar a Touré, simplemente. No entiendo pues la pataleta del jugador africano.

Si se quiere ir al City, que se vaya. En el Barça se quieren jugadores comprometidos. Allí será titular indiscutible y ganará mucho dinero. Lo que no se sabe es si ganará títulos y si tendrá el "caché" que tiene ahora.

Veremos como termina el "caso Touré".

lunes, 30 de noviembre de 2009

Crónicas blaugranas

F.C Barcelona 1 - 0 Real Madrid

A pesar de las diferentes sensaciones que trasmitían los equipos antes del gran Clásico, las fuerzas llegaban igualadas al choque. Un Madrid eficaz y líder contra un Barça crecido por su exhibición ante el Inter.

Y el partido resultó muy igualado, mucho más de lo que muchos esperaban en la previa. El Madrid no se descompuso en casi todo el partido. Durante al menos dos tercios del Clásico el equipo merengue resultó un rival incómodo y punzante como una avispa. Solo al final, cuando el tic-tac del cronómetro sonaba cada vez más fuerte en las cabezas de los jugadores merengues, el partido se rompió y las lines blancas se tornaron vulnerables cuando antes fueron rígidas e impenetrables. Pero vayamos por partes.

Antes del partido el run-run de Cristiano sí de inicio - Cristiano no de inicio centró gran parte del debate merengue. Por parte blaugrana la duda estaba en la participación de la dupla Messi - Ibra. Al final solo el sueco no fue de la partida inicial. Guardiola se guardó el as en la manga; Pellegrini sacó su 11 once más resolutivo hasta el momento en la Liga.

El técnico chileno no solo apostó fuerte con la alineación, sino con el talante de su equipo al compienzo del encuentro. El Madrid saltó concentrado desde el primer minuto, con las lineas muy juntas y la defensa adelantada. La idea era darle poco espacio de maniobra a los "bajitos" del Barça para robar la bola y salir raudos a la contra. Y el plan le salió casi perfecto al Madrid en la primera parte. La media del Madrid resultó ser una espesa barrera que nublaba las ideas de los jugadores azulgrana. Mientras les duró las energías Alonso y Lass consiguieron neutralizar al centro del campo culé. Kaká se metió en ese espacio que media entre Keyta - Busquets y Puyol - Piqué, convirtiéndose en rápido receptor de los pases y rechaces del medio de la cancha. Así vino la ocasión más clara del Madrid en todo el partido. Kaká se hizo hueco por el centro de la defensa y le deja un balón claro a Ronaldo en el pico derecho del área. El portugués tuvo la ocasión ideal para deshacerse de sus fantasmas contra el Barça (4 partidos, 0 goles).

No fue así. El pie de Valdés desvió el balón a una grada que se quedó congelada por segundos. Y con ellos toda la afición azulgrana. No era este el guión previsto. Solo la candidez de Marcelo y el escaso acierto de un C.Ronaldo a medio gas impidieron al Madrid decantar la balanza momentaneamente a su favor. El balance del Barça hasta entonces se reducía a las voluntariosas y desacertadas incursiones de Alves por la banda derecha. Xavi, Iniesta y Messi andaban perdidos en la tela de araña que el Madrid había tendido sobre el cesped. Y Henry ni la olía, completamente desasistido e incluso descolocado.

El nerviosismo recorría el Camp Nou y con ello a todos los seguidores culé. El Madrid se sentía cerca de la gran machada.

El descanso fue la mejor noticia para el 11 azulgrana. A la vuelta de vestuarios el Barça recompuso algo su imagen. Los primeros 10 minutos, los que fueron desde el inicio de la segunda mitad hasta la entrada de Ibra, el Barça dominó los tiempos, aunque sin crear peligro. Pep reaccionó rápido mandando al vestuario a un inocuo Henry y dió paso a Ibra. Ya en sus primeros contactos con el balón el sueco hizo ver que él sí que daría trabajo a la dura defensa merengue. Pepe y sobre todo Albiol no se sintieron tan cómodos como con Henry.

Y ahí apareció Alves. El brasileño estuvo muy desacertado en la primera parte, impreciso en ataque y dejando algún hueco que afortunadamente el Madrid no supo aprovechar (Puyol se multiplicó y tapó una ocasión de Marcelo en el area). Pero Dani aparte de calidad tiene una persistencia envidiable. Lo dá todo de principio a fín. Pasado el minuto 60 colgó un centro al segundo palo donde apareció Ibra en su versión "killer" para rematar con la izquierda y sin contemplaciones al fondo de las mallas de la portería de Iker.

Cuando el partido parecía encarrilado y la presión agotadora del Madrid cesaba, vino la expulsión justa de Busquets. El canterano, que se multiplicó acertadamente por todo el centro del campo, cortó un balón con la mano cuando no parecía una contra excesivamente peligrosa. Comenzaba un nuevo partido. El Madrid asedió los siguientes minutos. Pero en vez de abrir el campo e intentar cansar al equipo culé, el Madrid se obcecó con entrar a base de impulsos. En nada ayudó la retirada del campo de un voluntarioso Ronaldo, el único capaz de inquietar a la defensa culé por la linea de cal. Bien es verdad que el luso se dosificaba y solo cuando tenía la bola apretaba. Y también que solo tenía permiso médico para jugar una hora.

Al Madrid solo le quedaba la baza de Marcelo para abrir el ataque, y al brasileño se le quedó grande el reto. Higuaín y Benzemá se entrellaban una y otra vez contra la zaga azul y roja. Cuando no era el inmenso Puyol, era el concentradísimo Piqué. La salida al campo del todoterreno Touré equilibró algo las fuerzas y a medida que pasaban los minutos el Barça fue recuperando el control del juego mientras el Madrid se desesperaba chocándose con la defensa culé.

Con el partido roto a causa de la extenuación en ambos bandos llegó la posible sentencia para el Barça. Alves se coló entre Alveloa y Albiol y metió un pase medido y raso al corazón de los dominios de Casillas. Allí Messi tuvo la oportunidad de liquidar el Clásico como hizo casi un año antes. Pero Iker esta vez no lo permitió agigantándose y emulando a su colega Valdés. Las caras de este partido, Ronaldo y Messi, empataron a errores. La gloria fue para el gigantón Ibrahimóvic.

Unos trabajadísimos y algo afortunados 3 puntos se quedaron en casa. El Barça recuperó el liderato y cierra una semana difícil de una manera brillante, sobre todo en lo matemático. Ahora queda rematar la faena en la Champions y coronar un año de ensueño levantando el Mundial de Clubes.

Partido correspondiente a la duodécima jornada de la Liga española.

Goles

1-0 Ibrahimóvic 56´

sábado, 28 de noviembre de 2009

De azul y grana

CUESTIÓN DE SENSACIONES

Esto de las cábalas y estadísticas en fútbol es poco fiable. No hay nada que asegure la victoria del Barça mañana domingo.

El Madrid es líder, pero el Barça juega en casa. El Barça juega mejor, pero de momento el Madrid ha sido más eficaz.

Por otro lado los números de los clásicos con el Barça de equipo local favorecen ampliamente al equipo cule. El Camp Nou aprieta lo indecible en estos partidos y lleva en volandas al equipo. El Madrid tiene jugadores curtidos en estas lides, pero no todos los días juegan ante 100.000 espectadores rugiendo en tu contra y jaleando a sus jugadores.

Pero lo que parece incuestionable son las diferentes sensaciones que desprenden ambos equipos. El Barça no solo juega mejor, sino que parece más sólido. Ha perdido un solo partido en toda la temporada, contra el campeón ruso, el Rubin Kazan. El Madrid ha perdido 3. Una de ellas lógica, en Sevilla, pero otras dos que demuestran su falta de empaque, contra el Milan en casa y la humillante derrota por 4-0 contra el Alcorcón.

No será fácil ganar, y mucho menos golear. En el Madrid hay suficientes jugadores con orgullo como para salir derrotados de antemano. Si el Barça quiere ganar tendrá que mostrar un nivel similar al que mostró el martes pasado contra el Inter. Muchos dicen que el Madrid no saldrá al cesped del Camp Nou tan "cagón" como el Inter. Lo que no se espera tampoco es que tuteen al Barça, porque si de verdad lo hacen podrían salir mal parados.

En este punto es donde entran en juego las estrategias, la pericia de los entrenadores. Veremos un interesante mano a mano Guardiola - Pellegrini.

En menos de 24 horas saldremos de dudas.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Jugadores de Leyenda


Diego Armando Maradona



Considerado por muchos el jugador más grande que ha dado el fútbol, este argentino nacido en 1960 en Lanús, al sur del "Gran Buenos Aires, puede provocar de todo menos indiferencia.

Diego, como algunos otros genios del balompié, ya destacaba sobremanera de niño. Hasta los 14 años jugó con un equipo llamado "los cebollitas", aunque alternó en las divisiones inferiores de Argentinos Juniors mintiendo sobre su edad (no podían jugar menores de 14 años). Incluso hizo alguna que otra aparición en determinados medios de comunicación que ya hacían eco de su extraordinario talento.

También como otros grandes del fútbol, sus comienzos al máximo nivel fueron precoces. Aún con 15 años (cumplía 16 diez días después) debutó en Primera División Argentina con Argentinos Juniors. Meses después lo hacía con el combinado albiceleste, selección con la que alcanzaría años después su máxima gloria.

Su primera decepción vino pronto. Maradona esperaba ser convocado para el Mundial 78 que se celebraba en su país, pero Menotti no lo llevó. El fútbol le ofreció su particular revancha un año después, cuando Diego levantaría el Mundial sub´20 de Japón, primer título con la Selección.

Maradona llevaba tiempo maravillando a la hinchada argentina, pero este entorchado en Japón lo mostraría al mundo, que veía en él al sustituto natural de Cruyff.

El "Pelusa" hacía gala de una técnica poco común. Su zurda era imprevisible y mágica. Sus movimientos eléctricos y geniales. Su cambio de ritmo mortífero. Y a balón parado, imparable. A pesar de no ser un jugador con un físico impontente, Diego contaba con un poderoso tren inferior y con un centro de gravedad bajo. Era potente y rápido, díficil de parar como no fuera a base de faltas. Pero sobre todo genial. Para Maradona no existían los imposibles dentro del terreno de juego. Su inventiva y descaro no tenían límites.

A partir de su eclosión mundial en 1979 muchos clubes se fijaron ese talento rizado. Pero sobre todo uno, el F.C Barcelona.

El Barça, en la figura del entrañable Nicolau Casaus, seguía al argentino desde 1978, cuando aún actuaba en Argentino Juniors. Aún así, el club blaugrana no se interesaría formalmente por el futbolista hasta dos años después. El Barça llegó a ofrecer la, por entonces, mareante cifra de 5 millones de dólares a Argentinos Juniors. El fichaje se complicó ya que la AFA no quiso que se marchara de Argentina hasta el Mundial 82, cuando todo estaba ya pactado entre las partes (Argentinos, Barça y Maradona). El enfado del "Pelusa" fue tal que amenazó con renunciar a jugar con la Selección Argentina.

Diego jugó esos dos años con Boca Juniors (compartieron derechos con Argentinos) y ganó una Liga argentina.

Por fín, tras el Mundial de España 1982, Maradona se incorpora a las filas culés, previo pago de 1200 millones de pesetas, cantidad record para la época.

El paso de Maradona por el Barça fue más agrio que dulce. El Barça, a pesar de ser un club ya por entonces bastante laureado, llevaba 8 años sin ganar la Liga y veía como el infortunio se cebaba con el equipo en los años 80 (Liga perdida en las últimas jornadas por el secuestro de Quini, por ejemplo). Con la presencia del astro argentino se pensaba que se podía dar la vuelta a tal situación y comenzar una etapa llena de triunfos. La presencia además de jugadores tales como Shuster, Quini o Migueli, referentes mundiales en sus puestos, hacían preveer el advenimiento de una etapa gloriosa para el Barça.

45 goles, una Copa del Rey, una Copa de la Liga y el rastro de su magia fue lo mejor de Maradona en su etapa culé. En el lado oscuro, dos años lastrados por lesiones y dolencias. El primer año sufrió una hepatitis que lo dejó fuera del equipo durante 3 meses. En su segundo año, 4 meses k.o por la célebre entrada del jugador del At. Bilbao, Goikoetxea.

Por medio polémicas con la directiva barcelonista y rumores de una vida privada algo conflictiva y tortuosa, hasta el punto de filtrarse posibles firteos del crack argentino con las drogas.

El cierre de su etapa culé fue lamentable. Maradona, picado personal y deportivamente con el equipo bilbaíno, se vió envuelto en una tangana en la final de Copa del Rey 1984. El presidente del Barça, Núñez, decidió no apoyar al jugador y a final de temporada lo vendió al Nápoles por 1300 millones de pesetas. El jugador, en su entorno, dijo sentirse decepcionado con los dirigentes culés.

Su etapa napolitana fue la más brillante de su carrera. Ya en el Barça Maradona demostró su perfecta adaptación al fútbol europeo y que cuando tenía continuidad era realmente imparable. El Nápoles era un equipo que en Italia no había ganado nada, pero que representaba a una de las ciudades más típicas de Italia. Se llegó a decir que sus ciudadanos llegaron a poner dinero de su bolsillo para pagar el traspaso del "Pelusa", aunque un rumor quizás más realista habla de la utilización de "dinero sucio" en la adquisición del jugador argentino.

Diego fue recibido como un Diós en Nápoles. Para el Barça Maradona no fue el único genio que pasó por sus filas (aunque quizás el mayor, a pesar de su escaso rendimiento). Para el Nápoles Maradona era un imposible hecho realidad.

En sus 7 años en Nápoles Maradona levantó 2 Scudettos, 1 Copa de la Uefa, 1 Copa de Italia y 1 Supercopa de Italia, compitiendo con equipos de leyenda como el Milan de los holandeses, la Juventus de Platini o el Inter de Mathauss. No llegó a levantar ningún Balón de Oro a causa de su nacionalidad argentina, pero sin duda lo hubiera hecho si la reglamentación lo hubiese permitido.

Entre medias, la gloria absoluta. Maradona soñaba desde niño con levantar la Copa del Mundo. En México 86 su sueño se vió cumplido. Un Maradona en plena madurez futbolística se vió resarcido del mediocre papel realizado por la albiceleste cuatro años antes en España. Para el recuerdo sus dos goles a Inglaterra en cuartos, el primero polémico (la celebérrima "mano de Dios") y el segundo un monumento al fútbol, el mejor gol de la historia de los mundiales.

Con la albiceleste volvería a rozar la gloria cuatro años después en Italia. Un Maradona físicamente disminuido no brilló como en México. Italia 90 marcó el comienzo de su declive. Un año después dió positivo por dopaje. Esto precipitó su salida de Italia y su vuelta a España, más concretamente al Sevilla. Un Maradona más fondón, lejos de su mejor forma, dejó como siempre destellos de su clase en la temporada 92-93, aunque se encontraba muy lejos de aquel Maradona de mitad de los 80.

El punto y final (aunque siguió jugando en Boca hasta 1996) fue el Mundial de 1994. Un Maradona mucho más delgado, diríase que en buena forma, postulaba a Argentina como gran favorita para ganar el preciado trofeo. Un positivo por doping dió al traste con todas las ilusiones y con ello con el último destello del mejor Maradona.

El "Barrilete cósmico" ha dejado parte de las mejores pinceladas de fútbol que se hayan visto. Dejó su estela en Barcelona, con goles memorables como los marcado ante el Madrid o contra el Estrella Roja. Llevó a todo un país a la Gloria en 1986, gol antológico incluido. Y desparramó su inagotable talento en una Nápoles que lo idolatra.

Los amantes del fútbol, nos quedamos con eso, con los destellos de la mejor zurda del fútbol mundial.