miércoles, 16 de diciembre de 2009

Mundo culé














EL FICHAJE DE MARADONA

El 1 de julio de 1982 Maradona se convertía oficialmente en jugador del F.C Barcelona. Era el punto y final a un fichaje que el club catalán había comenzado a fraguar cuatro años antes, cuando el "pibe" no contaba más que 18 años.

En 1978 Nicolau Casaus se maravilló con el juego de un muchacho que actuaba en Argentinos Juniors y que ya había debutado en la selección, aunque no había sido seleccionado finalmente por Menotti para el mundial celebrado en el país sudamericano. Núñez y el entonces entrenador blaugrana, Lucien Müller, tras oír una recomendación del vicepresidente, le vieron en un partido amistoso y, aunque no dudaron de su categoría, desestimaron iniciar negociaciones para contratarlo.

Dos años después, y con Diego convertido ya en "estrella" mundial, el Barça decidió comenzar su ofensiva. En abril de 1980 el intermediario Josep María Minguella se trasladó a Buenos Aires con una oferta sensancional; cinco millones de dólares por el "Pelusa". La primera respuesta del presidente de Argentinos Juniors, Próspero Consoli, fue rotunda: "Diego es intransferible". Pero Minguella, a instancias del club, decidió seguir presionando, y tras no pocas conversaciones llegó a un acuerdo con los dirigentes bonaerenses, tras lo cual el vicepresidente, Joan Gaspart, y el directivo y abogado Joan Ignasi Brugueras se trasladaron a la capital argentina.

Precontraro y "no" de la AFA

El primero de mayo se reunieron los emisarios blaugranas con Diego, su padre y su mánager, Jorge Cyterszpiller. Se acordó un contrato de cinco años con opción a uno más. A razón de un millón de dólares anual de ficha, con coche, casa y billetes Barcelona-Buenos Aires para él y su familia. El Barcelona, por su parte, tendría una participación del 25% en la Maradona Productions y se llevaría el 40% de sus contratos publicitarios. Al día siguiente, en el hotel Plaza, los dirigentes del Barça y Argentinos Juniors suscribieron un precontrato. El club catalán deberá pagar seir millones de dólares por el jugador. Dos multinacionales, Coca Cola y Puma, apoyaban el pago del Barcelona por la expansión de sus productos por parte de Diego.

Todo estaba, pues, arreglado. Pero surgió lo imprevisto. Pese a que el seleccionaro albiceleste, César Luís Menotti, no se oponía al traspaso, la Asociación de Fútbol Argentino decidió prohibir la operación al considerar que "Maradona no puede marchar del país. Es intransferible hasta el Mundial de 1982".

El presidente de Argentinos anunció que apelaría a los tribunales ordinarios, aunque luego predirió abrir la vía del diálogo con Grondona, el presidente de la AFA. Pero, pese a que Diego llegó a declarar que "si no me dejan ir al Barça renuncio a la selección", nada cambió. En las semanas siguientes hubo diversos encuentros entre Núñez, Gaspart y Julio Grondona. Parecía que podía encontrarse un camino, pero finalmente todo quedó muy claro. No había posibilidad de que Diego fichara por el Barça hasta después del España´82.

En mayo de 1981 Minguella volvió a la carga sin éxito, y fue en abril de 1982 cuando pudieron reabrirse las conversaciones, cara ya a su incorporación tras el Mundial. Diego jugaba entonces en Boca Juniors, con el que había ganado una Liga, aunque parte de su "propiedad" seguía siendo de Argentinos Juniors. La operación se veía complicada por el hecho de que ambas entidades estaban enfrentadas por disputas económicas por la "operación Maradona".

Pero, no sin dificultades, todo pudo arreglarse. Y Maradona firmó por el Barça. El montante final del fichaje se elevó a 1200 millones de pesetas, lo que significó batir todos los records en matería de contratación futbolística. Pero valía la pena. Además, el fichaje se podía amortizar sin demasiados problemas gracias a la venta de la imagen del "crack", que quedó perfectamente estipulada en el contrato. No debía haber problemas, por tanto, para satisfacer los plazos de pago estipulados. Maradona tenía que resultar un gran negocio para el Barça.

Diversas circunstancias y la propía idiosincracia del jugador lo impidieron, aunque, cuando menos, pudo ser traspasado dos años después, en condiciones de lo más ventajosas, al Nápoles.

Textos sacados de la colección "Equipos con Historia: F.C Barcelona", Universo Editorial S.A (Madrid, 1989). Más concretamente de la página 390 del tomo.

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